Un detenido se pone a enseñar artes marciales a otros arrestados en una comisaría de Zaragoza

El hombre, de 50 años, había intentado poco antes clavar una navaja al cliente de un céntrico bar.  

Comisaría del Actur en Zaragoza
Comisaría del Actur en Zaragoza
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Su frase favorita era "te voy a reventar" y lo que se terminó "reventando" fue la mano derecha del golpe que le pegó la pared de la sala de detenidos de la comisaría del Actur. A pesar de ello, no quiso ser asistido en un centro médico ya que se preció de ser "cinturón negro en siete disciplinas diferentes", lo que le debe hacer inmune.

El protagonista de esta historia, J. I. A. S., de 50 años, empezó poniéndose violento con el cliente de un bar de la céntrica calle de Arquitecto Magdalena. Este pasado sábado, en torno a las 19.15, comenzó a discutir en la puerta del establecimiento con otro hombre, de 46 años, sin que se conozcan los motivos de la misma. 

Durante la disputa ambos se empujaron y, de forma repentina, J. I. A. S. sacó del bolsillo una navaja con la que acometió dos veces a la otra persona, dirigiendo en ambas la mano a la zona del abdomen mientras le decía:" Te voy a reventar". Afortunadamente, no le alcanzó ninguna de ellas por escasos centímetros y por que la víctima se protegió y forcejeó. 

Mientras esto ocurría, los testigos llamaron al 091, que envió una patrulla. Ante la llegada de los agentes, el atacante intentó escapar pero fue interceptado por los funcionarios, según hicieron constar luego en las diligencias. En el cacheo de seguridad que le practicaron encontraron una navaja de seis centímetros de hoja y un destornillador de punta estrellada, que le fueron requisados. Los funcionarios le preguntaron el motivo de la discusión y su respuesta fue: "Le voy a reventar", sin añadir nada más. 

El hombre fue detenido en ese momento y conducido a la comisaría del Actur, donde se le informó de sus derechos y de los motivos de la detención. Una vez en dependencias policiales, J. I. A. S. se puso a enseñar artes marciales a otros arrestados que se encontraban en la sala de contención previa al ingreso en calabozos. Para mostrar sus habilidades comenzó a golpear con puños y pies las paredes y se lesionó una mano. Los policías le ofrecieron ir al hospital pero se negó porque, como les dijo textualmente, él era cinturón negro en siete disciplinas distintas. "Reviento la pared si quiero y te reviento a ti y a todos", añadió.

Tras pasar la noche en los calabozos, fue conducido al juzgado de guardia como presunto autor de un delito de atentado a un agente de autoridad y lesiones. Ayer por la tarde declaró ante la titular del Juzgado de Instrucción número 4, en funciones de guardia y, asistido por la abogada Rocío Notivoli, lo dejó en libertad provisional con la obligación de comparecer cuando sea llamado.

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