La Brigada Aragón viaja a Letonia para una misión de la OTAN: "Se pasa muy mal porque son muchos meses fuera de casa"

Risas nerviosas, muchos besos, abrazos y lágrimas. En el aeropuerto de Zaragoza se respiraba este domingo un ambiente de despedida, de esos que encogen el corazón. Más de 200 militares de la Brigada Aragón han emprendido rumbo a Letonia, donde pasarán seis meses para una misión aliada de la OTAN, con labores de "disuasión y defensa" en sus fronteras. Con mucha emoción, ya que "se pasa muy mal" el pasar tanto tiempo lejos del hogar, han dicho adiós a sus familiares.

El vuelo ha salido a las 11.45 desde el aeropuerto de la capital aragonesa con destino a Riga, para después desplazarse a las localidades de Ādaži y Lielvārde. En concreto, en esta primera rotación partían 269 militares, 203 desde Zaragoza. Se tomarán las uvas y pasarán la Navidad a más de 3.500 kilómetros de casa, lejos de su familia durante mucho tiempo, pero cerca de los compañeros con los que han convivido ya muchos meses. De hecho, los efectivos se han preparado durante medio año para esta misión. "Primero, se hace una preparación general, con todas las tareas administrativas y de instrucción individual. Posteriormente, se trabaja en aspectos más específicos, sobre el conocimiento de la misión, charlas, conocimiento de la zona y por qué es esa misión", ha explicado Camilo Martínez Gaude, teniente coronel jefe del contingente eFP XIV, el que viaja a Letonia.

Primordialmente, los militares se han formado para hacer frente al frío clima de los países del área báltica. "La misión se desarrolla dentro del compromiso con la OTAN y es de disuasión y defensa en la zona de los tres países bálticos y Polonia", ha añadido Martínez Gaude. Un total de 622 soldados del contingente de la Brigada Aragón se desplazarán hasta allí, con dos rotaciones más los próximos días.

Los militares de la Brigada Aragón se despiden de sus familiares este domingo en el aeropuerto de Zaragoza

El Capitán Mendo muestra la confianza y la entereza de alguien que ya ha pasado las Navidades fuera de casa cumpliendo con su labor en el ejército. "Se pasa complicado porque son muchos meses fuera de casa, pero allí tenemos un trabajo diario que hacer. Nos tenemos los unos a los otros, por lo que se va sobrellevando", ha detallado. En su caso, ya viajó en 2019 a Mali durante medio año por otra misión. "Obviamente, cada una tiene sus particularidades. En esta ocasión, sería el frío, pero llevamos desde junio preparándonos y estamos listos para afrontarla", ha añadido.

Por otro lado, es la primera misión para la soldado Reig. "Al ser una experiencia nueva, el tiempo pasa más rápido y vamos con compañeros con los que hemos estado en el día a día. La convivencia ayuda en ese sentido", ha confesado. Por suerte, tienen contacto diario con sus familiares, aunque no puedan sentir su calor cerca. "Hay que llevar el tema de la distancia como se pueda y de la mejor manera posible, haciendo piña entre nosotros", ha replicado Mendo.

Los padres, no obstante, viven estos seis meses de otra manera. "Nosotros lo vivimos más duro que ellos. Seis meses es mucho tiempo. Estamos nerviosos por ver cómo vuelven, y la sensación de inquietud no desaparece aunque estemos en contacto con ellos a diario", han comentado Juan Ignacio y Pilar, padres de la soldado Reig.