El estafador que nunca paga los taxis en Zaragoza, a juicio por otros cinco ‘simpas’

Entre el 4 y el 20 de junio contrató cinco servicios para ir de Cadrete a Zaragoza y regresar sin abonar ni un euro.

Parada de taxis en Zaragoza, en una fotografía de archivo.
Parada de taxis en Zaragoza, en una fotografía de archivo.
Francisco Jiménez

Los taxistas de Zaragoza llevan tiempo sufriendo las estafas de Javier L. B., de 42 años.  El próximo 12 de diciembre deberá ser juzgado por cinco delitos leves, aunque para eso tendrá que acudir primero a la cita y, hasta la fecha no parece que tenga domicilio conocido.

La última vez que fue denunciado vivía en Cadrete, desde donde hizo cinco ‘simpas’ entre el 4 y el 20 de junio pasados, pero antes residió en La Puebla de Alfindén, localidad desde la que también solía desplazarse hasta Zaragoza y regresar a su casa ‘gratis’. No obstante, en una ocasión no le salió tan barato, ya que tuvo que entrar a prisión durante un mes por no pagar la multa de 360 euros a la que fue condenado por estafa.

Los delitos por los que tendrá que responder próximamente fueron calcados. En todos los casos, solicitó por teléfono el servicio de taxi para ir hasta la capital aragonesa y, tras pedir al conductor que esperara mientras se acercaba andando hasta el número 19 de la calle de García Galdeano y recogía algo, regresaba en el mismo vehículo a su casa, situada entonces en el paseo de la Constitución de Cadrete.

Con cualquier excusa –"espere un momento que subo a casa a por dinero", "vaya haciéndome un recibo que vuelvo ahora" o "me he dejado la cartera en el trabajo, le hago un bizum"– el chófer se confiaba y no volvía a ver ni al cliente ni el dinero. A ninguno de los cinco pagó la carrera, que osciló entre los 45 y 59 euros, además del tiempo que perdieron esperando en la puerta a que bajara el cliente a pagarles y el que invirtieron en comisaría poniendo la denuncia. En total, 254 euros que el abogado de la Asociación Provincial Auto-taxi de Zaragoza, Marco Antonio Navarro, reclamará en el juicio, además de pedir una pena de tres meses multa correspondiente por cada delito.

No será ni mucho menos la primera vez que el letrado acusa Javier L. B. de estafa. Ya lo ha llevado a los tribunales en varias ocasiones porque el timador tiene un historial de antecedentes policiales en el que constan una docena de detenciones por estafas a taxistas y dos por delitos de ocupación ilegal de inmuebles.

En 2022, Javier L. B. ingresó en prisión, pero nada más salir volvió a cometer el mismo delito varias veces. En uno de los casos, para convencer al taxista, se identificó como guardia civil. En otra ocasión, contrató el servicio con anterioridad para que lo fueran a buscar a su casa de Cadrete a las 7.00 de la mañana. Los últimos intentos por encontrarlo para notificarle las citaciones lo situaban en Actur y también en Alfajarín, desde donde es posible que empiece a pedir taxis de ida y vuelta a Zaragoza.

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