Una mujer de Zaragoza que quedó parapléjica tras ser operada denuncia al cirujano por lesiones

La paciente afirma que hubo mala praxis y se produjo una fuga de cemento que le dañó la mécula. El doctor declaró en el juzgado que su actuación fue correcta.

Carmen López y su marido, Jaime, ante los juzgados.
Carmen López y su marido, Jaime, ante los juzgados.
Oliver Duch

Carmen López, de 41 años, acudió ayer a declarar ante la titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, que instruye la querella por presuntas lesiones graves por imprudencia que presentó contra el médico traumatólogo que la operó en el hospital Viamed Montecanal. La mujer denunció al sanitario al quedarse parapléjica tras una cifoplastia (intervención consistente en inyectar cemento en una vértebra para estabilizar la columna). En principio, era una operación "mínimamente invasiva" que duraba 45 minutos y, el mismo día o al siguiente, podía irse a su casa. Pero no fue así y cuando despertó de la anestesia comprobó que no podía mover las piernas.

A través de su abogada, Elisa Cardona, decidió presentar una querella contra el médico al entender que la paraplejia fue causada por un mal uso de los instrumentos. Además, entiende que debería haber sido informada correctamente y operada por un neurólogo y no por un traumatólogo.

La mujer se lesionó trabajando (tiene reconocido que fue por accidente laboral) el 4 de julio de 2019. En esa época cuidaba de una señora mayor que se cayó al suelo al sufrir una subida de azúcar. "Al momento que la puse de pie sentí que algo me crujió en la espalda", rememora. No podía imaginar que se había roto una vértebra, pero ese mismo día, y ante la insistencia de su marido, Jaime, con quien llevaba 15 días casada, llamó al médico concertado con una aseguradora y se confirmó que tenía una fractura. La lesión era grave y dolorosa pero, en principio, tenía solución y fue intervenida el 7 de octubre.

 Al despertar y ver que no podía mover la piernas, avisaron al médico. Según Carmen López, el doctor le dijo que no era normal y, tras un TAC, le informó de que la médula estaba inflamada porque había habido una fuga de cemento y se había dañado. Le propuso una segunda operación para descomprimir la médula aunque, según ella, sin garantías, y no accedió. Al pedir una segunda opinión, la derivaron a la unidad de lesionados medulares del Miguel Servet. Desde entonces tiene muchos dolores y no se vale por sí misma.

Por su parte, el médico J. V. M. declaró en su día que la paciente tenía lupus y osteoporosis y presentaba una fractura típica de enfermedad de hueso. Afirmó que la práctica fue correcta, que procedió igual que en otras cifoplastias y la operación se desarrolló con normalidad. A su juicio, la fuga de cemento se produjo por la fragilidad del hueso. Negó que no se le informase de todo lo necesario sobre la operación y que le dijo que era una paciente de "riesgo" por sus antecedentes. Recordó que se negó a la segunda intervención por "miedo" y que la evolución habría sido "sin duda mejor" si hubiera accedido.

En su opinión, la inflamación en la médula se puede catalogar como "complicación" dentro del porcentaje de casos susceptibles de complicarse.

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