Aparecen pinturas vandálicas en la Estación Goya de Zaragoza
Diferentes grafitis han dañado el mural en honor al pintor aragonés, tapando así algunas de sus emblemáticas pinturas.
La Estación de Goya de Zaragoza es la segunda con más tráfico de viajeros de la capital aragonesa. Cada día pasan por ella centenares de personas para llegar al trabajo, volver a casa o simplemente trasladarse por la ciudad gracias a las 4 estaciones ferroviarias que existen. En los últimos días muchos de estos viajeros se habrán dado cuenta de las pintadas vandálicas que ensuciaban los maravillosos murales que rinden homenaje a Goya.
En la madrugada del sábado, la estación amaneció con unas pinturas vandálicas. "Qué tengáis un buen día" se puede leer claramente en una frase escrita sobre la maja desnuda de Goya, uno de las obras más características del pintor aragonés. Pero no era la única. A lo largo de los 333 metros de pinturas distribuidas en las dos paredes se podían distinguir la palabra sueño y otras frases.
Según apuntan desde Renfe estos hechos ocurrieron en la madrugada del sábado y actualmente se encuentra revisando las cámaras de seguridad de la estación para identificar a los delincuentes.
La limpieza de estos grafitis está prevista por Renfe para la noche del jueves al viernes, una vez que Adif ha autorizado el necesario corte de vía, en horario nocturno para no interferir en la circulación. Posteriormente presentarán una denuncia a la Policía Nacional.
El mural, que el sábado se vio completamente vandalizado, fue fruto de un proyecto adjudicado en junio de 2011 por la UTE Estación de Goya.
El vandalismo grafitero en los trenes de Renfe generó un coste de algo más de 712.000 euros en Aragón el año pasado tras registrarse 54 incidencias afectando a unos 1.000 metros de superficie. Tal y como apunta la compañía ferroviaria, estas incidencias provocan un perjuicio directo en los usuarios, que sufren los trenes vandalizados: retrasos y trenes suprimidos por carencia de visibilidad o grafitis en los elementos de seguridad que impiden la circulación, frenazos de emergencia o el olor de este producto químico, que es muy molesto para los viajeros.
