La regeneración de la calle de Pignatelli avanza con la renovación de Agustina de Aragón y la adjudicación del plan de iluminación

Las obras permitirán mejorar 1.500 cuadrados y estarán acabadas en el primer trimestre de 2024.

Las obras en la calle de Agustina de Aragón, este miércoles
Las obras en la calle de Agustina de Aragón, este miércoles
Francisco Jiménez

La regeneración del entorno de la calle de Pignatelli continúa dando pasos con la renovación de Agustina de Aragón entre las calles de Mayoral y Cerezo y la adjudicación, al fin, del nuevo plan de iluminación, que se aprobará mañana en Gobierno y permitirá cambiar 596 luminarias y mejorar la seguridad de la zona con un ahorro de más de 30.000 euros al año.

Las obras de urbanización, presupuestadas en 353.846,16 euros, se acometerán por fases y se centrarán en la mejora de las aceras y la ampliación de las zonas verdes. El proyecto ha sufrido cambios respecto a su versión inicial a iniciativa de los propios vecinos, que han pedido sustituir la fuente prevista por un parterre y eliminar los bancos para evitar la concentración de personas. “Ellos son los que mejor conocen los elementos que podrían generar un mal uso. Es importante escucharles para saber cuáles son sus necesidades y conseguir que el resultado sea óptimo”, ha explicado la alcaldesa, Natalia Chueca, que ha visitado la zona junto al concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, y al presidente de la junta de distrito del Casco Histórico, Armando Martínez, de Vox.

También se está trabajando para soterrar los cables. Según han explicado desde el área de Urbanismo e Infraestructuras, se están haciendo las acometidas para que las distribuidoras eléctricas procedan a hacerlo, eliminando los que actualmente están colocados en las fachadas y evitando conexiones ilegales. Se trata, sin embargo, de una actuación enormemente compleja, según ha destacado la regidora, ya que también intervienen las compañías telefónicas. “Todos los cables que dependen de Endesa se van a soterrar. Con las compañías es más difícil, dado que tienen unas dinámicas un poco más libres. Estamos en conversaciones para ir alineados y evitar que luego vengan y deshagan todo este trabajo”, ha dicho.

La previsión es que las obras terminen en torno al primer trimestre de 2024. En total se va a intervenir en una superficie de 1.500 metros cuadrados, actuando por tramos para garantizar el acceso de los vehículos privados a los garajes.

En el caso de la iluminación, el objetivo el comenzar a trabajar a finales de año y que los trabajos concluyan en un máximo de seis meses. Los vecinos llevan más un año esperando, ya que su complejidad, reconocen desde el Ayuntamiento, ha hecho que haya tenido que someterse a un “largo camino administrativo”. Con los cambios, el consumo se reducirá de 289.122,54 kilovatios hora al año a 60.054,06, mientras que el gasto pasará de 40.477 euros a 9.107.

Quejas vecinales

Los vecinos, sin embargo, no terminan de estar satisfechos con la renovación de Agustina de Aragón. “Pedimos que nos arreglaran el baño, pero han cambiado el salón. Esta era una de las zonas que mejor estaba”, ha dicho Carmen Pérez, de la asociación Calles Dignas. A su entender, urge corregir los problemas de “infravivienda” y suciedad del entorno. “Son los dos pilares fundamentales. La infravivienda va asociada con un tipo de personas que no respetan la convivencia. En otros puntos ha habido reyertas y peleas, pero en Agustina de Aragón, el verdadero problema es la basura. Por mucho que arreglen la calle, ¿quién va a venir a comprar si está así? Muchas veces te encuentras colchones o sofás. Se ve un sitio abandonado y degradado”, ha explicado minutos después de trasladar su opinión a la alcaldesa.

Que mejoren la iluminación “siempre es bueno”, pero que las obras de Agustina de Aragón se limiten al tramo entre Mayoral y Cerezo puede hacer “que el resto de la calle se convierta en un gueto”. “Cuando nos dijeron que iban a arreglar esta zona pensamos en que, al menos, soterrarían los cables, que es por lo que llevábamos meses luchando, ya no solo por una cuestión de estética, sino por la cantidad de gente que está enganchada de forma ilegal. Endesa lo sabe, pero aquí no pasa nada. Hay que hacer un estudio de detalle e ir piso por piso”, ha aseverado.

Según Pérez, los dueños de las viviendas del entorno tienen aquí “una mina de oro”, dado que “por cada chabola” pueden estar percibiendo un alquiler de 300 o 400 euros. Por este motivo, pide que haya una estricta inspección urbanística. “Si yo cambio un ladrillo de mi casa tengo que pedir permiso al Ayuntamiento, pero aquí cambian rejas en viviendas protegidas y nadie dice nada”, ha agregado.

Casos de okupación

La alcaldesa ha asegurado, asimismo, que el Ayuntamiento ha dado parte a la Delegación del Gobierno por los últimos casos de okupación, tanto el del número 76 de la calle de Pignatelli como el del número 8 de la calle de Don Teobaldo, rebautizado desde el pasado sábado como CSO Loira. Según ha explicado, el primer edificio todavía no había sido expropiado, por lo que la competencia “recae en la Policía Nacional”. En el caso del segundo, el Consistorio actuó “desde que tuvo conocimiento del llamamiento a través de redes sociales”. “La Policía fue y levantó acta. Ahora es Delegación quien tiene que proceder según su protocolo”, ha expuesto.

Sin embargo, desde Delegación recalcan que sin una orden judicial es imposible actuar. En este sentido, recuerdan que el delegado del Gobierno, Fernando Beltrán, ha mantenido diversos contactos a lo largo de los últimos días con el Consistorio, sin que hasta el momento se tenga constancia de incidentes ni en el interior ni en el entorno del CSO Loira. 

El propio Beltrán subraya que “corresponde al propietario del inmueble presentar una denuncia ante el Juzgado acreditando la propiedad y que el proceso de desalojo se iniciaría en el caso de que se produzca una orden judicial de desahucio”.

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