Modelos profesionales y de vida desfilan juntos en la Aguja Goyesca

Los nervios de última hora se entremezclaban con la ilusión y las ganas del backstage. Así son los minutos previos a una pasarela de moda.

Uno de los momentos en el 'backstage' de La Aguja Goyesca.
Uno de los momentos en el 'backstage' de La Aguja Goyesca.
C.I.

Este viernes, la Fuente de la Hispanidad de la plaza del Pilar se transformaba en una auténtica pasarela de moda por la que durante algo más de hora y media desfilaron modelos profesionales, y también de vida; con motivo de la celebración de La Aguja Goyesca. Una cita que como explicaba Pilar Sicilia, jefa de backstage, es mucho más que un concurso de Alta Costura. “Es una oportunidad para que estudiantes y profesionales puedan mostrar al mundo lo que hacen”, admite.

Porque en este certamen de moda conceptual, en el que participan diseñadores de toda España en sendas categorías -profesional y juvenil-, éstos tienen total libertad para confeccionar prendas, eso sí, inspiradas en la vida y obra de Francisco de Goya. Sin ir más lejos Sicilia ganó la tercera edición: “Ganes o pierdas, es una plataforma para dar a conocer tu trabajo”.

En el backstage, ubicado en el edificio acristalado bajo la emblemática fuente, cientos de personas se mueven con rapidez para llegar al horario marcado. Los nervios están a flor de piel. Mientras los modelos de Globe -un total de ocho, que protagonizaron cuatro pases del concurso- recibían las últimas indicaciones de horario, pasaban por las manos del equipo de maquillaje y peluquería de Elisa García. “Súbele el pómulo y márcale más el ojo. A ella retócale el peinado”, indicaba una de las organizadoras.

Al otro lado ellas, las diseñadoras, que se esmeraban en repasar cada una de sus piezas colgadas en perchas minutos antes de ser mostradas al público y, sobre todo, al jurado. Nerviosa, alicates en mano, la oscense Barbara Martínez ultimaba los detalles de una de sus obras. A pesar de ser la segunda vez que llegaba a la final, en este caso en la categoría profesional, le temblaban las manos. “Los nervios son los mismos. Estar aquí es un honor”, admitía.

Y es que tras formarse en Hacer Creativo, Martínez decidió hacer lo que más le gusta sin irse de casa, creando un atelier, Mondo Barbarela, en Sabiñánigo, desde donde crea sus propias colecciones y diseña a medida. “Mi colección se titula ‘Cartones de colores, tejidos de retratos’ y está basada en estas piezas que realizaba Goya antes de hacer sus retratos. El pintor daba mucho realismo a los tejidos y he tratado de recuperar eso”, explicaba. En su caso, el reto es que sus obras fueran llevables en el momento actual.

Crecer en el mundo de la moda sin salir de casa

Muy cerca de ella, con el resto de nominadas a la categoría juvenil, otra aragonesa: Marta Aguirre, diseñadora de Borja que se encuentra en el último curso y presentaba una obra inspirada en los grabados y la silueta de sus personajes. “Además he introducido un material que se ve pocas veces en una pasarela, la glasilla, que utilizamos más en prototipos”, explicaba mientras sostenía una falda con una réplica de un grabado que ella misma ha hecho a mano: “Ha sido un trabajo durísimo, pero creo que el resultado ha merecido la pena. Estoy feliz de estar aquí, en casa, mostrando lo que hago”.

Durante la velada, a modo de broche final, también se dieron a conocer las tendencias de otoño de El Corte Inglés de la mano de unos modelos muy especiales. “Desde hace tres años tratamos de romper etiquetas, y qué mejor que hacerlo eligiendo modelos de vida, referentes profesionales en Aragón que destacan en diferentes ámbitos de sus vidas”, explicaba Isabel Paricio, directora de comunicación de El Corte Ingles Aragón. Sobre la pasarela, periodistas, cineastas, investigadores, directivas… “Queremos poner en valor a personas de la tierra y la labor positiva que hacen en nuestra sociedad. Son mujeres y hombres que admiramos”, destacaba.

Una de ellas era Sandra Parrilla, directora de Fundación Hiberus, que aseguraba sentir algo de vértigo minutos antes de salir a la pasarela. “Al final no deja de ser una actividad profesional para otros que para nosotros supone un reto. Estoy ilusionada de poder vivir algo tan bonito en un lugar tan emblemático”, admitía. Sobre lo de ser considerada modelo de vida… “me siento ejemplo de esfuerzo, creo que todo lo que estoy logrando, sea mucho o poco, es fruto del amor que siento por esta profesión, y de trabajar mucho”, añadía.

También Carlos Larroy, comunicación y marketing de Aspanoa, reconocía sentir “cierta responsabilidad” a la hora de ser modelo por un día. “Estoy ilusionado, pero la verdad es que ver la pasarela impone un poco. Espero que salga todo bien”, resumía. Entre los legos en modelaje, algunos modelos profesionales abrían el camino, como Marina Vázquez (18) y Jason Somov (23), que reconocían que compartir pasarela con nóveles en modelaje era toda una aventura: “No es algo que se vea habitualmente y que le da mucha naturalidad al evento. Está genial que surjan estas iniciativas”.

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