zaragoza

La vía de escape de Gran Vía pierde su alfombra verde

Una lechada de cemento sustituye al césped que se instaló en 2010 en la plataforma del tranvía por resultar "más práctico y seguro".

Los trabajos se dieron por concluidos este jueves al mediodía.
Los trabajos se dieron por concluidos este jueves al mediodía.
Heraldo

Son sólo unos pocos metros cuadrados los que hasta hace pocos días tenían una alfombra de césped y, ahora, lucen una capa de cemento. Desde que el tranvía desembarcó en Gran Vía, allá por diciembre de 2010, la vía de escape que queda a la altura de la calle de Mariano Royo estaba acorde con los parterres del resto del recorrido. Sin embargo, los problemas de mantenimiento del césped en este área y el hecho de que, alguna vez y por equivocación, los coches invadieran esta zona han llevado a la decisión de sustituir el parterre por hormigón. 

"Las razones que motivan el cambio responden a dos motivos: por una lado la seguridad y, por otro, que el nuevo acabado resulta más práctico", explican fuentes de la concesionaria. Desde Los Tranvías narran que, en alguna ocasión, conductores despistados han llegado a invadir este espacio y que ha habido que ‘rescatarlos’ con ayuda de grúas. Después fue necesario reparar todo el área y volver a plantar el césped que había quedado destrozado tras el incidente. "Esta es una actuación que estaba prevista y que armonizará este tramo con el resto del bulevar", explican desde la empresa.

Una cinta y unos conos delimitaban ayer el área de actuación.
Una cinta y unos conos delimitaban ayer el área de actuación.
Heraldo

Los vecinos del entorno, que llevaban días viendo movimiento en este punto del trazado, lamentaban pero entendían la intervención que ayer tarde se remataba (los operarios trataban de borrar las huellas de una inoportuna paloma que había decidido caminar sobre el cemento recién vertido). "A mí me gustaba más con el césped, pero qué le vamos a hacer. Al menos son unos pocos metros y no es una zona de parque o una plaza como ha sucedido en Salamero o en Santa Engracia”, decía ayer Lourdes Roncalés, vecina de la cercana calle de Mariano Lagasca, quejosa con “la dureza” del urbanismo actual. 

"Es muy difícil que un conductor se confunda y acabe atorado allí, en las vías del tranvía, pero también es verdad que una vez le pasó al conductor de un autobús y se montó la ‘marimorena’", recordaba Jorge Regueiro, que suele atajar por Royo para ir de la avenida de Goya hasta Doctor Cerrada. Se refería el joven a lo sucedido en enero de 2012, cuando un autobús de la línea 40 se quedó cruzado sobre la plataforma tranviaria, al tratar de evitar una obras en la glorieta de Basilio Paraíso. El vehículo se encalló justo en las vías, en mitad del bulevar, y durante algo más de una hora mientras el bus era remolcado hubo que establecer un servicio alternativo con lanzaderas. "No sé si por el sistema de riego o por qué, pero esta zona solía estar encharcada y se acumulaba mucho barro", insiste Roncalés, que dice que ahora "sí que sí" se ha acabado con ese problema.

Imagen de diciembre de 2012 cuando un bus urbano quedó cruzado en la plataforma del tranvía.
Imagen de diciembre de 2012 cuando un bus urbano quedó cruzado en la plataforma del tranvía.
Oliver Duch

Explican desde Los Tranvías que la vía de escape de Gran Vía es la única de la ciudad que se va a rellenar con hormigón, dado que la que queda en valle de Broto, junto al edificio de Kasan, sí mantendrá la alfombra verde pegada a las vías. En los 12,5 kilómetros de la línea del tranvía existen ocho puntos habilitados para que los convoyes puedan hacer un cambio de sentido, gracias también a su ‘doble cabeza’, esto es, a que los Urbos fabricados por CAF puedan circular en los dos sentidos al tener puesto de control en ambos extremos. Esos cruces de carriles o vías de escape para dar la vuelta y retomar el camino en sentido contrario se encuentran en: la Academia General Militar; Gómez de Avellaneda a la altura de Pablo Ruiz Picasso; Valle de Broto; César Augusto, a la altura del Mercado Central; el paseo Independencia; Gran Vía; Isabel la Católica y Los Olvidados. 

Estas vías, si bien obligan a los peatones a tomar precauciones y al tranvía a ir a una velocidad muy lenta, son muy útiles cuando algún tramo del recorrido está cortado, como suele suceder en el centro de la ciudad con celebraciones, procesiones o manifestaciones que, por ejemplo, inhabilitan el trazado por el paseo de la Independencia. Hasta que en marzo de 2013 los convoyes empezaron a circular por la totalidad del trazado, desde Parque Goya hasta Valdespartera, la vía de escape de Gran Vía fue muy utilizada para la entrada en servicio del medio de transporte, aunque fuera a modo parcial.

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