Zaragoza ultima los informes para el posible traslado del colegio María Zambrano

El Ayuntamiento trabaja para poder modificar el PGOU en caso de que la DGA requiriera una ubicación alternativa. 

La entrada del colegio María Zambrano, en Parque Venecia, todavía en obras.
La entrada del colegio María Zambrano, en Parque Venecia, todavía en obras.
Toni Galán

El Ayuntamiento de Zaragoza ultima los informes sobre la situación y las posibles actuaciones a llevar a cabo en el entorno del CEIP María Zambrano de Parque Venecia, que se vio por su situación junto al barranco de la Muerte gravemente afectado por las lluvias torrenciales que sorprendieron a la ciudad el pasado 6 de julio. Los técnicos de Urbanismo también trabajan para encontrar alternativas por si finalmente la DGA requiriera cambiar la ubicación del centro. Es lo que se desprendió de la reunión que tuvieron ayer el concejal del área, Víctor Serrano, y la nueva consejera de Educación, Claudia Pérez. Mientras, desde el PSOE municipal pidieron celeridad y medidas para dar certidumbre a las familias del colegio ante la inminente vuelta a las aulas.

El encuentro mantenido este martes entre los representantes de ambas instituciones sirvió, según indicaron desde el Consistorio, para "avanzar y trasladar la situación de los informes", de los que se están encargando técnicos municipales y estudios de ingeniería externos. Fue una "reunión de trabajo", según dijeron, en la que no se concretaron las próximas medidas porque deberán determinarse en función de esos estudios.

No obstante, desde el gobierno municipal indicaron que ya se están avanzando los primeros borradores con distintas alternativas de posibles modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), "por si finalmente se requiriera por parte del Gobierno de Aragón el traslado del centro escolar".

Los estudios, tal y como avanzó en su día la propia alcaldesa, Natalia Chueca, deberán determinar si es preferible trasladar el colegio o apostar por obras que cambien el curso del barranco como, según dijo, presas intermedias que permitan ‘romper’ el caudal en caso de emergencia. La DGA mientras está llevando a cabo obras por valor de 1,1 millones de euros que permitan que el centro esté operativo en septiembre para que los alumnos puedan empezar el año escolar con normalidad.

Fuentes del Departamento de Educación reiteraron que en estas reuniones se está compartiendo los diferentes estudios encargados con el objetivo de ofrecer una solución "lo antes posible" y que dé certidumbre y seguridad a las familias, a las que se informará de las decisiones que se tomen.

También hablaron ayer sobre este asunto desde el grupo municipal del PSOE, que exigió a Chueca y al recién investido presidente de Aragón, Jorge Azcón, la convocatoria de una bilateral "urgente" que trate de manera específica la problemática del María Zambrano para darle una solución. La regidora ya avanzó que sería uno de los asuntos a tratar en la reunión que mantendrán los máximos dirigentes de ambas instituciones, sin embargo el encuentro no se espera hasta, como pronto, finales del mes de septiembre.

El concejal socialista Guillermo Ortiz lamentó el "futuro incierto" y los "problemas de seguridad" a los que podrían exponerse los alumnos y criticó que tras un mes y medio todavía no estén listos los informes. Trasladó también la reivindicación de las familias de que se cree "un grupo con técnicos municipales, con la DGA y la CHE para encontrar soluciones".

Aliviaderos cubiertos de barro

Precisamente desde la ampa solicitaron ayer más información "técnica" sobre las actuaciones que se están llevando a cabo y pidieron medidas adicionales, en especial, al Ayuntamiento de Zaragoza, puesto que, criticaron, "no ha hecho nada". "Los aliviaderos siguen cubiertos de lodo seco, en el caso de que hubiera otra tormenta, estaríamos en mayor riesgo", enfatizó Noemí Corbatón, presidenta de la ampa.

Recordó que llevan más de un mes pidiendo que se celebre la reunión entre las administraciones y, aunque reconoció que las fechas son "difíciles", insistió en que las clases empiezan en dos semanas, con la "incertidumbre" que supone para las familias. Su objetivo es que a corto plazo se asegure la zona y se lleven a cabo "actuaciones en el barranco". A medio plazo, reclaman que el centro cambie de ubicación.

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