sucesos

Un camionero se juega 6 años de cárcel por la muerte de 3 miembros de la misma familia en Pina

Conocía la ruta y sabía que había un tramo en obras, pero ignoró las señales que le obligaban a reducir la velocidad y embistió al coche de las víctimas, que acabó en llamas tras ser arrastrado 50 metros.

El accidente de Pina de Ebro se cobró la vida de tres personas.
La cabina del camión y el turismo quedaron completamente calcinados.
DPZ

Circulaba prácticamente a diario con su camión por la N-II y era consciente de que a la altura de la localidad zaragozana de Pina de Ebro se estaban ejecutando unas obras de conservación que habían hecho necesario cortar uno de los dos carriles de la carretera y colocar un semáforo de paso alternativo. Sin embargo, el 22 de noviembre de 2022, Hernán A. V. ignoró por completo todas las señales que le obligaban a reducir la velocidad –primero a 80 km/h, después a 60 y finalmente a 40– y al llegar a este peligroso punto se encontró con una cisterna de gasóleo y un turismo detenidos por imperativo del tráfico.

Sin tiempo ya para reaccionar, el transportista embistió por la parte trasera al coche y lo arrastró unos 50 metros por la calzada. Con tan mala suerte, que la fricción de la carrocería contra el asfalto hizo que el depósito de combustible ardiera y el vehículo acabara completamente calcinado. Sus tres ocupantes, miembros de una misma familia, fallecieron en el acto.

Por la virulencia del choque y el alto precio en vidas, este fue sin duda uno de los siniestros de tráfico más graves registrados el año pasado en la red viaria aragonesa. Concluidas las pesquisas, la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza, ha dictado auto de apertura de juicio oral. Y tanto la Fiscalía como la acusación particular –en representación de los allegados de las víctimas– imputan al camionero una grave imprudencia por la que piden prisión: cuatro años la primera y seis la segunda (dos por cada uno de los fallecidos).

A bordo del Renault Kadjar que acabó calcinado circulaba el matrimonio formado por G. I. P., de 74 años, y M. J. L. M., de 71. Junto a ellos, en los asientos traseros, viajaba la madre de la copiloto, F. M. D., de 93 años. Como concluyó en su informe la Guardia Civil de Tráfico, su vehículo estaba correctamente parado detrás de la cisterna, ya que el semáforo se encontraba en rojo para ellos. Quien no actuó como debía fue el investigado, que al parecer no aminoró en ningún momento la marcha pese a que desde 1.600 metros atrás se habían colocado señales obligándole a ello.

Enganchado a la cabina

El impacto del tráiler –que transportaba paquetería de la compañía Seur– fue tan fuerte que arrastró tanto al coche de las víctimas como el camión de gasóleo que lo precedía. Al final, el turismo salió despedido de la calzada por el lado derecho. Y lo hizo enganchado a la cabina del vehículo que conducía el acusado, por lo que las llamas redujeron a cenizas y un montón de hierro tanto el coche como la cabeza tractora. Sin embargo, Hernán A. V. tuvo más suerte que los ocupantes del primero, por los que nada pudieron hacer las asistencias médicas cuando llegaron al lugar del siniestro.

Quien también resultó herido fue el chófer de la cisterna, J. M. L., al que además de por una cervicalgia tuvieron que tratar por un cuadro de estrés postraumático, con inestabilidad emocional y fenómenos revivenciales. Por estos daños, su abogado reclama ahora una indemnización de 10.000 euros.

Mucho mayor es la cantidad que la Fiscalía exige a la aseguradora del camión articulado que causó el trágico siniestro para indemnizar a la familia de los tres fallecidos: un total de 303.690 euros. La compañía ha adelantado ya una parte del dinero, pero será la sentencia la que determine si es o no suficiente.

Alega que se quedó "en blanco"

El transportista acusado de causar la muerte de tres miembros de una misma familia en Pina de Ebro tendrá oportunidad de explicar en el juicio por qué no pudo frenar a tiempo y evitar la tragedia. Por el momento, lo que ha declarado el propio investigado es que conocía la ruta y estaba al corriente de las obras en la N-II. Sin embargo, por causas que no logra explicar y que achaca a una supuesta pérdida momentánea de la consciencia, terminó arrollando al turismo que le precedía, que acabó en llamas. Según manifestó Hernán A. V., se quedó literalmente «en blanco» y no fue capaz de reaccionar.

No solo el coche en el que viajaba el matrimonio y la madre de ella fue pasto del fuego. Por la virulencia del choque, este quedó enganchado a la cabina del tráiler causante del siniestro. Y también acabó calcinada. Por ello, a los investigadores de la Guardia Civil de Tráfico les resultó imposible acceder al tacógrafo para comprobar las horas que llevaba conduciendo el acusado y si había respetado los tiempos de descanso. Porque todo apunta a un exceso de fatiga.

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