La movilidad compartida se desinfla y ya solo una empresa presta servicio en Zaragoza

Los patinetes verdes de Bolt son la única opción, siendo imposible alquilar motos y bicis eléctricas. El Ayuntamiento retiene a Reby 150.000 euros de fianza hasta que no devuelva los saldos pendientes.

Uno de los patinetes de Bolt junto a una de las bicicletas de Reby, en el paseo de la Independencia
Uno de los patinetes de Bolt junto a una de las bicicletas de Reby, en el paseo de la Independencia
José Miguel Marco

La movilidad compartida vive sus horas más bajas en Zaragoza. Atrás quedan ya los años del bum en los que los usuarios se contaban por miles y las empresas desplegaban amplias flotas por la ciudad. Actualmente, solo Bolt presta servicio en la capital. Sus cerca de 500 patinetes se han convertido en la única opción para quienes buscan moverse en un vehículo de alquiler, ya que, tras la repentina marcha de Reby, Zaragoza se ha quedado sin bicicletas ni motos compartidas.

Lo más parecido es el servicio Bizi, que ha sido prorrogado hasta octubre de 2024 a la espera de que los fondos europeos permitan acometer una renovación integral que cambiará las 1.300 bicicletas que prestan servicio en la actualidad por 2.180 eléctricas, ampliando también el número de estaciones de 130 a 218.

La relación entre estas empresas y las instituciones no ha sido fácil, ya que la mayoría han ido incumpliendo sistemáticamente los pliegos de condiciones hasta que, finalmente, han terminado marchándose. Reby, de hecho, lo hizo dejando a sus usuarios con saldo en la aplicación. El Ayuntamiento revocó primero su licencia de patinetes y, posteriormente, la de motos y bicicletas eléctricas. También le ha retenido la fianza, que se eleva a un total de 150.000 euros (50.000 por modalidad).

La propia concejala de Servicios Públicos, Natalia Chueca, confirmó en la última comisión del área que el Consistorio no devolverá la suma hasta que la empresa ajuste cuentas con sus usuarios. Existe, no obstante, un importante riesgo, ya que, si Reby no contesta, los afectados no tendrán otro remedio que recurrir a la vía civil para recuperar su dinero.

Los principales damnificados de este repentino adiós han sido barrios como Torrero, Parque Venecia o Arcosur, donde no llega el actual servicio Bizi. Pero para las asociaciones de bicicletas y usuarios de patinetes no ha sido ninguna sorpresa, ya que es lo que ha ocurrido en otras ciudades europeas, con decenas de vehículos tirados por las calles y unas empresas que se han marchado en cuanto han visto recortados sus beneficios. Prueba de ello es la polémica suscitada en París, donde se ha decidido por referéndum prohibir los patinetes eléctricos de alquiler, una postura que ha reabierto el debate y ha puesto en el punto de mira a los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), sobre todo a raíz de los últimos atropellos mortales y el repunte de accidentes de tráfico.

En Zaragoza, el desembarco de Koko en 2018 inició una cascada de llegadas a la ciudad, que por aquel entonces no contaba con una regulación específica. Muchas empresas vieron en la capital una plaza atractiva en la que estar, lo que hizo que coincidieran hasta cinco, entre ellas Voi, Tier, Lime o Reby, a las que se unieron compañías de bicicletas como Ridemovi, las motos de Cabify o los coches de Alma, que continúan en activo, aunque especializados en el traslado de trabajadores a polígonos industriales.

Llegó un momento en el que ni siquiera se sabía cuántos vehículos de alquiler había en las calles, un problema común al resto de grandes ciudades. La posterior irrupción de la pandemia y los cambios que impuso la covid-19 en materia de movilidad hizo que patinetes y bicicletas vivieran su particular edad de oro. Pero todo ha cambiado en unos años. La regulación municipal limitó a dos el número de empresas que podían operar por modalidad, tratando de poner orden donde no lo había.

Además, el número de usuarios ha ido cayendo gradualmente. "Muchos de los que apostaron por los patinetes de alquiler echaron cuentas y vieron que les era más rentable comprarse uno. Por 300 euros puedes tener uno de unos 20 kilómetros de autonomía para cubrir las necesidades básicas del día a día", explica el presidente de la Asociación de usuarios de VMP de Zaragoza (Azuvemp), Guillermo Royo.

Algo parecido ha sucedido en el caso de las bicicletas. "El trasvase se ha visto muy bien con el Bizi. Ha perdido abonados y, sin embargo, hay más bicis por las calles. Las que ofrecían empresas como Reby eran más ligeras y cómodas y llegaban a más barrios, pero aún así sale más barato comprarse una", apunta

Futuro incierto

Para saber qué ocurrirá con la movilidad compartida en el futuro habrá que esperar a la próxima corporación. Sobre la mesa hay varias opciones, entre las que estarían sacar una nueva licitación o llamar a las empresas que quedaron en tercer y cuarto puesto para sondear su interés.

Desde el Ayuntamiento se descartan prohibiciones como la de París, mientras que compañías como Bolt, que también posee bicicletas de alquiler, estarían dispuestas a expandir su negocio en la ciudad, por lo que la movilidad compartida aún no habría dicho su última palabra en Zaragoza.

En el caso de los patinetes, los usuarios piden al Ayuntamiento que "redoble" los esfuerzos para que la única empresa que sigue operando en la ciudad cumpla y despliegue las 600 unidades comprometidas en los pliegos. "Más allá de que ha subido los precios, pasando de cobrar cinco céntimos por minuto a diez, y de que ha incrementado la tasa de desbloqueo hasta los 30 céntimos por minutos, debería garantizar la flota. A según qué horas es muy difícil encontrar patinetes disponibles, y los que hay o no están cerca o están descargados", critica Royo.

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