Buscan a un joven en Zaragoza por rajar la espalda a otro en San José con una taza rota

El agresor causó a la víctima una grave herida de 20 centímetros de la que tuvo que ser operado en el Servet.

Un trabajador, al día siguiente de producirse la agresión, entraba en domicilio para limpiarlo.
Un trabajador, al día siguiente de producirse la agresión, entraba en domicilio para limpiarlo.
Toni Galán

Una disputa por el supuesto robo de una mochila ocurrida en un piso de refugiados de Zaragoza en enero de 2022 se saldó con un herido grave y el agresor detenido. Este último, Hamza B., de 32 años, debería haber comparecido ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de la capital aragonesa para ser juzgado por estos hechos, pero se encuentra en paradero desconocido. Sobre él pesa una orden de busca y captura desde febrero pasado, pero no ha sido localizado.

El acusado se enfrenta a una pena de 18 meses de prisión como presunto autor de un delito de lesiones graves y al pago de una indemnización de 2.200 euros a la víctima, Moussa M., de 25 años, quien sufrió un enorme corte en el hemitórax posterior izquierdo del que tuvo que ser intervenido de urgencia. Por la región dónde sufrió la herida, el arma usada (un trozo de loza de una taza rota) y su extensión (20 centímetros), su vida pudo estar comprometida, pero finalmente logró sanar en 30 días.

La agresión se produjo poco antes de las cinco de la madrugada del 21 de enero de 2022 en un piso de acogida de refugiados, que permanecen allí un máximo de 18 meses mientras se tramitan sus documentos. Entonces residían en la vivienda nueve personas, todos varones de entre 24 y 36 años.

Esa noche tres de ellos estuvieron tomando alcohol y sobre las diez de la noche se inició una discusión, ya que Hamza B. entró en la habitación en la que estaban los otros dos y, tras hablar un rato con ellos, se marchó, momento en que se percataron de que faltaba la mochila que ambos compartían. Cuando le pidieron explicaciones, el acusado negó haberla cogido. Tras intercambiar palabras de reproche, bajaron a la calle y siguieron discutiendo, pero la llegada de un coche policial les hizo volver al domicilio.

Un extintor para separarlos

En el piso continuó la bronca y, finalmente, llegaron a las manos. Según los testigos, Hamza B. agarró un cuchillo de la cocina con el que pretendía agredir a Moussa M., que iba muy bebido, pero el tercero, Bilal S., intentó separarlos y recibió un puñetazo en la cara. La reacción de este fue coger el extintor de la vivienda y rociar a Hamza B. con él, mientras otro residente del piso le arrebataba el arma. La reyerta se trasladó a una habitación mientras Bilal echaba polvo de extintor por debajo de la puerta para hacerles salir, ya que seguían discutiendo apoyados en la puerta y no podía entrar. En un momento dado, según el testigo, la abrieron y Moussa M. salió al pasillo sangrando abundantemente por la espalda. La Policía encontraría después una taza rota y un trozo de loza con restos de sangre, que recogieron por ser el arma usada en la agresión.

El joven fue trasladado al hospital y operado de urgencia de una herida inciso contusa en la región dorsal izquierda de unos 20 centímetros que le afectaba a planos musculares profundos. También lo asistieron de una fractura del tabique nasal y los huesos propios de la nariz.

Mientras, Hamza B. tuvo que ser atendido de un corte en una mano, cuyo origen se desconoce. En el caso de que el acusado, representado por la abogada Cristina Martínez, sea condenado, la Fiscalía propone la sustitución de la pena de prisión por la expulsión del territorio nacional y la prohibición de regresar durante cinco años. 

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