violencia de género

Juicio por maltrato en Zaragoza: "Sí es verdad que me pegó puñetazos, pero no que me retuviera en casa"

La Fiscalía retira la acusación por detención ilegal contra un vecino de Novallas después de que la víctima lo exculpara, pero la mantiene por maltrato.

El acusado, Pedro G. C., durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, Pedro G. C., durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Pedro G. C. fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza por dos delitos de maltrato a su expareja y uno de coacciones, cometidos ambos cuando existía una orden que le prohibía acercarse a ella.

El vecino de Novallas estaba acusado inicialmente también de un delito de detención ilegal por el que le pedían tres años y medio de prisión. Pero, la mujer, nada más empezar su declaración, dijo que no era cierto que la hubiese retenido en contra de su voluntad durante horas en el domicilio que compartían: "Lo dije porque me había hecho daño y yo quería hacérselo a él, pero no es verdad. Lo que es verdad es que me tiró contra el sofá, puso una rodilla sobre mi pecho y me pegó puñetazos en la cara y en el cuerpo. También me insultó y me golpeó en la espalda con el atizador de la leña".

J. G. R. mantuvo estas acusaciones durante la vista oral, en la que manifestó que no reclamaba nada al acusado como responsabilidad civil por las lesiones. "De todo esto hace ya dos años, ya no sé nada de él ni quiero saberlo", dijo. El parte médico reflejó que presentaba una erosión en la nariz, una contusión malar y una contractura dorsal, lesiones que solo precisaron una asistencia facultativa.

Los hechos ocurrieron en enero de 2021. La pareja, que llevaba dos años de relación, ya había tenido conflictos previos. De hecho, Pedro G. C. había sido denunciado por violencia de género y se le había impuesto una orden de alejamiento de J. G. R. mientras se instruía la causa. Sin embargo, de mutuo acuerdo, ambos decidieron quebrantarla y volvieron a convivir en el domicilio del primero en Novallas.

El acusado, que solo respondió a las preguntas de su abogado, Domingo Hoya, negó que reanudaran la convivencia y culpó a su pareja de intentar contactar con él, a pesar de la orden judicial. Incluso rechazó haber estado con ella el 16 y el 17 de enero, cuando fue denunciado. J. G. R., por su parte, admitió que retomaron la relación. "No lo tenía que haber hecho, pero lo hice. Estaba enamorada de él", indicó. "¿Pese a lo que le había hecho?", insistió la fiscal. "Sí, el amor es así", dijo.

El 16 de enero, la pareja pasó a casa de un vecino para tomar algo y Pedro G. C. se ausentó un rato para comprar tabaco. Al volver, según relató la mujer, la acusó de haber masturbado al vecino. "Estaba celoso de él y de cualquier persona. Pensaba que me iba con cualquiera", explicó. El vecino ratificó que cuando Pedro G. C. regresó a la casa volvió "malpensando" y recriminó a su pareja. Él volvió a su domicilio y ella se quedó varias horas más en casa del vecino "por miedo" a que la agrediera, lo que sucedió poco después.

"Nada más entrar empezó a darme golpes. Me pidió que recogiera mis cosas y me fuera. Tardé en hacerlo porque no tenía un duro, pero al final me fui al centro de salud y conté lo que me había ocurrido", señaló. La médica fue quien avisó a la Guardia Civil, que luego la acompañó a recoger sus enseres. La Fiscalía solicita tres años de cárcel para Pedro G. C.

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