Sucesos

El parricida de La Almozara, en estado crítico tras recibir una paliza en la cárcel de Zuera

Héctor López fue agredido por su compañero de celda y fue trasladado entubado al hospital Miguel Servet con graves lesiones cerebrales.

El parricida de La Almozara, Héctor López, durante un juicio.
El parricida de La Almozara, Héctor López, durante un juicio.
Oliver Duch

El parricida de La Almozara, Héctor López Ferrer, de 41 años, tiene graves lesiones cerebrales después de sufrir en la madrugada del pasado viernes una brutal paliza de su compañero de celda en la cárcel de Zuera. A causa del suceso, sobre las 5.00, tuvo que ser trasladado entubado por una ambulancia al Hospital Clínico Lozano Blesa, donde quedó ingresado en la uci en estado crítico. Según confirmaron desde el Gobierno de Aragón, este domingo continúa ingresado por un traumatismo facial en intensivos, donde se encuentra estable, dentro de la gravedad.

La víctima fue la primera persona en Zaragoza en recibir el pasado mes de enero una sentencia de prisión permanente revisable, la tercera en Aragón, por asesinar a su padre José Javier López, de 71 años, al que le propinó 56 navajazos en una vivienda del barrio de La Almozara en junio de 2021. También intentó asesinar a su madre, de 67 años.

"Al interno se lo han llevado muy grave, entubado y con un trastorno fuerte en la cara por los golpes recibidos. Le ha provocado un traumatismo encefálico, tiene los ojos reventados y la mandíbula destrozada. No se le podía reconocer la cara", describió un funcionario sobre las condiciones de la agresión sufrida por el preso.

El presunto autor de la agresión fue un preso de origen rumano, identificado como Daru Dimitrasu Surubaru, quien compartía la celda con la víctima y un tercer interno en la zona de enfermería. Asimismo, está cumpliendo una condena de tres años por un delito de lesiones y violencia de género a su pareja.

Estas mismas fuentes detallaron que el agresor, que tiene alrededor de 30 años, les explicó a los funcionarios que consiguieron reducirlo que había agredido a su compañero de celda porque "creía que Héctor estaba armado con una navaja", extremo que los trabajadores no pudieron confirmar. Hasta el momento de la brutal paliza, mantenía "buenas relaciones" con sus dos compañeros de la celda.

Al parecer, el recluso de origen rumano es "muy fuerte y grueso" y había protagonizado otros incidentes violentos. Cuando entró como preso provisional en la cárcel de Zuera durante la pandemia, ya participó otros incidentes en su celda de ingreso, en la que estuvo en solitario varios meses.

Además de apuñalar a sus padres, la Audiencia de Zaragoza concluyó en la sentencia de Héctor López que este preso tiene un trastorno de paranoide crónico, aunque nunca había recibido atención médica ni seguido tratamiento. En los hechos probados, se dice que el condenado no mantenía buena relación con sus padres porque "no le apoyaban lo suficiente para solucionar sus problemas derivados, entre otros, del consumo habitual de importantes cantidades de alcohol".

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