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El belén gigante de la plaza del Pilar cumple medio siglo

En 1972 se hizo el primer montaje del Nacimiento en el salón de la ciudad. El primero tenía 30 veces menos superficie que el actual, que estrenará sus 1.200 metros cuadrados el próximo día 2.

Este 2022 se cumple medio siglo de la instalación del Belén en la plaza del Pilar.
Este 2022 se cumple medio siglo de la instalación del Belén en la plaza del Pilar.
Heraldo

El Belén XXL de la plaza del Pilar ya toma forma estos días de cara a su estreno en apenas tres semanas. Aunque ahora sus dimensiones son mastodónticas -casi tanto como algunas de sus figuras-, el Nacimiento no siempre fue tan enorme ni incluyó un zoco de mercaderes, ni una zona de antiguos oficios, ni un palacio de Herodes… 

De hecho, durante largas décadas el belén era humilde, recogido, poco ‘interactivo’ y respondía más a un símbolo de religiosidad que a un espectáculo. Ni siquiera estaba en la plaza del Pilar, pues no fue hasta 1972 cuando se decidió hacer un belén-atracción" -así se denominó- trasladándolo de la plaza de España al salón de la ciudad. 

A nadie se le ocurría hace 50 años que junto al Pilar pudiera hacerse un recorrido con trucos escénicos como falsas piedras que esconden focos de luz o fotocélulas que permiten poner la noria en funcionamiento. El belén que los operarios ultiman estos días tiene la friolera de 1.200 metros cuadrados de perímetro, mientras que los primeros que se montaron en el exterior del Consistorio eran noticia cuando su superficie superaba los 50 metros cuadrados.

En el propio Ayuntamiento de Zaragoza no saben precisar cuándo empezó a instalarse un belén municipal frente a la basílica, porque durante muchos años la exposición de figuras se hacía en el interior de la Casa Consistorial, en cuyo recibidor se acogía también a los Reyes Magos y se cantaban villancicos. También es cierto que el municipal no era antaño el belén más importante de la ciudad, pues había muchos otros con más arraigo y tradición. Se tiene constancia documental de que el de la residencia de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, se monta, al menos, desde el año 1912. Los del Refugio o el de la Caridad son otro de los centenarios de la ciudad, mientras que el popularísimo de Ibercaja de la plaza de Aragón comenzó a exhibirse en los años 40. 

Los montajes a finales de los años 70 eran menos ambiciosos.
Los montajes a finales de los años 70 eran menos ambiciosos.
Ayto. Zaragoza

En la hemeroteca del HERALDO se percibe un aumento del interés por estas representaciones pasada la Guerra Civil y en la década de 1940 emergen innumerables concursos por elegir los mejores belenes domésticos, siempre, con alguna causa social adherida ya fuera por los desamparados, los excombatientes, los huérfanos… Capítulo aparte merecerían las representaciones que hoy ya han desaparecido, pero que siguen muy presentes en el imaginario de quienes ya peinan canas, por ejemplo, las “obras belenistas” que podían verse en San Juan de los Panetes o en los bajos del Mercado Central.

Un traslado decretado en 1972

En 1958 se inauguró "una exposición belenista" en el "nuevo Ayuntamiento aún en construcción", con figuras "con el traje regional y cuadros con motivos navideños". En aquellos años, en los 60 y 70, sí se montaba un belén monumental por parte de los servicios municipales, pero no se hacía en el Pilar, sino que su ubicación iba variando entre la plaza de España y el paseo de la Independencia. Esta localización ‘daba juego’, dado que permitía también aprovechar los recursos de la Diputación Provincial y del Casino Mercantil, que colaboraban con su programación navideña. Sin embargo, en 1972, el concejal de Festejos, Antonio Mur, decide el traslado al Pilar porque “la plaza de España apenas permite variaciones sobre el mismo tema y el espacio impone sus limitaciones”. “Haremos un belén-atracción, algo distinto a lo realizado hasta ahora. Habrá que aumentar la proporción de las figuras y crear perspectivas reales”, anunciaba el concejal en noviembre.

Varias semanas después se inaugura solemnemente el belén del Pilar, con Horno Liria como alcalde, para cuya construcción se emplearon “20 metros cúbicos de madera de pino, 200 paneles, 9 tableros y 30 metros cuadrados de tarima”, informa el HERALDO del 22 de diciembre de aquel año. Aquel nacimiento, que apuraba su desembarco pero se mantenía hasta después de Reyes, constaba de 30 figuras de porcelana (hechas en una imaginería de Vich), mientras que el actual supera el centenar, sobre todo, fabricadas en fibra de vidrio. Es curioso cómo en 1974 se decía que era una ventaja “no tener edificaciones ni castillos ni molinos” -todo lo contrario al presente- para no desviar la atención del portal, “centro de la escena”, enmarcada por dos altos pinos montados sobre troncos de hierro.

El anuncio del traslado del Belén se hizo a través del HERALDO.
El anuncio del traslado del Belén se hizo en 1972 a través del HERALDO.
Heraldo

De vuelta al belén más actual se pueden enumerar decenas de curiosidades de una figuras de tamaño natural, las más antiguas de las cuales datan del año 1990. El niño Jesús, por ejemplo, cuenta con un ‘suplente’, un figura de repuesto, dado que es habitual que -pese a la vigilancia continuada- haya algún gracioso que se intente llevar la pieza. También conviene saber que dentro de las aparentemente anodinas casetas que se esconden por el recorrido hay decenas de cables y enchufes, pues constituyen los puestos de control de la luz, el sonido y el agua del inmenso nacimiento. Bombillas, altavoces, pedruscos de atrezzo… Todo para una composición faraónica que visitan cada año unos 300.000 zaragozanos.

Desde el Ayuntamiento explican que este 2022 se mantiene “la instalación en forma de abanico o manto” alineada visualmente con el bajorrelieve de Pablo Serrano en la fachada de la basílica. En realidad, así ha sido desde hace 50 años, pues el portal que apenas se ha movido unos metros de este emplazamiento. Al comienzo, como sucedió con la Ofrenda de Flores, se llevaba hasta el mismo muro de la basílica, pero luego se fue abriendo un camino de paso entre las vallas y se ubicó algo más centrado en la plaza.

El curioso Belén viviente de la plaza del Rosario, en 1990.
El curioso Belén viviente de la plaza del Rosario, en 1990.
Ayto. Zaragoza

Ha sido en los últimos quince año cuando el Belén XXL del Pilar ha cogido mayor músculo y se ha convertido en una parada obligada en los días de adviento. Antes, este portal tenía más “competencia” y existían en la ciudad otros polos de atracción como un curioso belén viviente que se celebró en los años 80 y 90 en la plaza del Rosario, en el Arrabal. Organizado por la asociación de vecinos Tío Jorge, se aderezaba con un repertorio de villancicos y cuentan que era uno de los preferidos del entonces alcalde Sainz de Varanda. Allí, entonces, podían verse algunos animales reales (ovejas y una borrica), que hoy serían vetados. Superada aquella discusión, la que sí que pervive es la de la conveniencia de prestar restos arqueológicos reales para hacer la decoración, pues a día de hoy algunos capiteles de columnas que se ven en el empedrado del palacio de Herodes son reales, cedidos para la ocasión, y están catalogados como parte del patrimonio arqueológico.

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