Zaragoza prueba un sistema de retención para reducir la llegad de toallitas a los ríos

Ecociudad instala en sumideros del Ebro, el Huerva y el Gállego tres placas con mallas que atraparán los residuos

El sistema de retención que se instalará en tres puntos del Ebro, el Gállego y el Huerva.
El sistema de retención que se instalará en tres puntos del Ebro, el Gállego y el Huerva.
Toni Galán

Desechar las toallitas y otros residuos por el inodoro no solo supone un gasto extra para las arcas municipales, que puede ser de millones de euros cuando acaban provocando averías en la red de saneamiento, sino que también tiene un efecto perjudicial en el medioambiente. Pese a la labor pedagógica que tratan de hacer desde el Ayuntamiento de Zaragoza para recordar a los ciudadanos que esos elementos deben depositarse en la basura, cada año el alcantarillado acumula más de 360 toneladas de estos desechos. Por eso, el área de Infraestructuras, a través de la sociedad municipal Ecociudad, puso en marcha este lunes un nuevo sistema de retención que evitará su llegada a ríos y riberas. De momento se trata de un proyecto piloto, pero la intención es extenderlo si se logran los resultados esperados.

El mecanismo funciona con un sistema de planchas metálicas con mallas que actúan como coladores y retienen buena parte de los sólidos que transporta el agua. Se van a instalar en aliviaderos de las tres riberas. En concreto, habrá uno en el parque de San Pablo, en el Ebro, otro en parque Bruil, en el Huerva, y un tercero en Ríos de Aragón, en el Gállego.

La concejal responsable del área, Patricia Cavero, explicó que el objetivo, sobre todo, es evitar el vertido que se produce cuando durante las tormentas. "Cuando caen grandes trombas de agua, las tuberías arrastran gran cantidad de material, tanto el que proviene de los domicilios como basura (colillas de tabaco, plásticos, hojas o arenas) que está en la calle y se cuela por las alcantarillas", indicó. Y esos elementos acaban muchas veces en los ríos para evitar el colapso de la red de saneamiento, con daños en las canalizaciones e inundaciones en las calles.

Precisamente por este motivo, como contó la edil, Ecociudad ha optado probar el nuevo sistema durante los meses de verano, cuando se suelen registrar más precipitaciones de este tipo y más entran en funcionamiento los aliviaderos. En cada episodio de lluvia intensa, el Consistorio estima que se podrán retener entre 1.500 y 1.800 kilos de toallitas y residuos fibrosos. En todo un año se alcanzarían las dos toneladas.

150.000 euros anuales

Al daño que produce en el medioambiente la llegada a lo ríos de todos estos residuos, se suma el desembolso económico que cada año debe hacer el Ayuntamiento. Solo la separación de estos materiales (toallitas higiénicas y desmaquillantes, bastoncillos de los oídos, tiritas, discos de algodón, tampones o incluso hilo dental) y su traslado al vertedero cuesta a las arcas municipales más de 150.000 euros al año, a lo que hay que sumar la reducción de la vida útil de los equipos. Sin ir más lejos, hace apenas unos meses que el Ayuntamiento terminó la reparación del digestor primario de La Almozara, que estalló por la acumulación de toallitas y supuso una inversión de 2 millones de euros.

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