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PP-Cs aprueba el presupuesto de Zaragoza con el apoyo de Vox

Los populares huyen de la clave nacional pese a que el portavoz de la formación de extrema derecha alude a las "descalificaciones" de Casado 

El portavoz de Vox, Julio Calvo, y el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, tras la aprobación del presupuesto este miércoles.
El portavoz de Vox, Julio Calvo, y el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, tras la aprobación del presupuesto este miércoles.
José Miguel Marco

No ha habido sorpresas. El gobierno PP-Cs del Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado este miércoles el presupuesto de 2022 para la ciudad, que asciende a 837 millones de euros. Pese al telón de fondo de las recientes elecciones de Castilla y León y la tensión creciente entre los populares y Vox, la coalición y su socio han mantenido su rumbo y han sacado adelante unas cuentas que contemplan 79 millones de inversión para el próximo año. Mientras la derecha sacaba pecho del documento y aludía, entre otras cuestiones, a los 97 millones que se destinarán a Acción Social o los 190 que irán a Servicios Públicos, así como al listado de proyectos previstos, la izquierda ha vuelto a lanzar el dardo de los recortes y ha criticado las "falsas expectativas" y la baja ejecución del año anterior.

Pese a que la clave nacional no ha logrado enturbiar el resultado de la votación, el portavoz de la formación de extrema derecha, Julio Calvo, sí que ha querido marcar posiciones. Durante su intervención en el salón de plenos, ha aludido al distanciamiento que ayer mismo hizo público el líder del PP, Pablo Casado, y se ha dirigido directamente al alcalde, Jorge Azcón, para lamentar que "lo están poniendo muy difícil". "Nuestro apoyo lo tendrán, pero nuestra sumisión no", ha dicho, para recordar que en el último acto ante los medios de comunicación en el que escenificaron el acuerdo presupuestario pidió "lealtad" para que se cumplan las medidas pactadas. 

"También podría pedirle que no nos insulten, que no ofendan a nuestros votantes", ha añadido, en alusión a las, a su juicio, "descalificaciones" de Casado, que tildó a Vox de "populista" y "radical". Con todo, ha manifestado que seguirán la consigna de Santiago Abascal y continuarán "tendiendo la mano" al gobierno de Zaragoza. Y ahí se ha quedado el asunto, más allá de alguna mención posterior de la izquierda, como cuando la portavoz del PSOE, Lola Ranera, ha llegado a decir que con el voto a favor de las cuentas se iban a convertir en "la derechita humillada". Porque ni la concejal de Hacienda, María Navarro, ni Azcón, que no ha intervenido en ningún momento han hecho mención a lo ocurrido estos días. 

Ni siquiera ha sido un debate especialmente bronco, y eso que el salón de plenos ha llegado muchas veces a incendiarse por cuestiones mucho menos relevantes que la presupuestaria. Navarro, como acostumbra a hacer en sus intervenciones, se ha limitado a desgranar los datos de las cuentas, que ha asegurado que han salido adelante "con mucho esfuerzo, mirando los intereses de la ciudad por encima de cualquier sigla política" y también gracias a Vox. 

Como ha explicado la responsable del área, contemplan destinar 7,5 millones de euros a la regeneración de la degradada zona Zamoray-Pignatelli, distribuir 15,4 millones en ayudas de urgencia y, entre otras cuestiones, 3,6 millones para la construcción de la demandada escuela infantil de Parque Venecia. También, incluyen novedades como el cheque familia, dotado con 1,3 millones de euros. "Han sido tres años muy complicados, pero las políticas de saneamiento de las cuentas, la bajada de impuestos y desatascar reivindicaciones históricas nos permiten encarar un 2022 con un único objetivo, que la gente que viva en Zaragoza se sienta orgullosa de su ciudad", ha defendido la edil.

Posteriormente, la concejal de Cs Carmen Herrarte destacó también que se trata de un presupuesto "saneado, con mayor inversión, que mejora los servicios públicos, que reactiva la economía local y que baja los impuestos". "Cumplimos", concluyó. 

Pero desde la izquierda, igual que han hecho al comienzo del pleno los representantes de la Federación Aragonesa de Solidaridad y la Federación de Barrios que han intervenido, han sido críticos. La socialista Lola Ranera ha considerado que la tramitación del presupuesto "llega tarde" y además con "autoritarismo y falta de calidad democrática", porque no hubo ninguna negociación con los grupos de la oposición y tampoco pudieron enmendar el proyecto definitivo, ya que el gobierno presentó sus propias enmiendas para cumplir los acuerdos con Vox. 

Asimismo, ha criticado "los recortes y la pérdida de derechos sociales" que, según ha dicho, supone el documento, por ejemplo, con la reducción, de nuevo, de las ayudas a la cooperación o la disminución de partidas medioambientales. "No van a aprobar un presupuesto que resuelve los problemas de los ciudadanos. Teníamos una oportunidad histórica y lo que estamos encontrando es un listado de calles y plazas", ha lamentado. 

Por su parte, el portavoz de ZEC, Pedro Santisteve, ha dicho que es un presupuesto "que no afronta los retos del presente" y ha recordado que muchos de los grandes proyectos que contiene no se lograron sacar adelante en ejercicios anteriores. "Vuelven a vender lo que prometieron y no ejecutaron en 2020 ni 2021", ha criticado. Mientras, Fernando Rivarés (Podemos) ha echado en falta, según ha asegurado, un impulso por la política industrial y de empleo, así como una apuesta más firme por la conciliación y llevar a cabo la reordenación de las líneas del bus. 

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