La Policía Nacional detuvo el lunes por la noche a un hombre de 44 años tras sorprenderlo intentando robar la bicicleta a su vecino en la calle Delicias. Pero la bici no estaba ni en la vía pública ni en el garaje, sino en un balcón, por lo que el ladrón se descolgó desde un cuarto piso hasta el segundo para hacerse con el botín. El arrestado, Douga T., natural de Malí, esperó hasta la noche para pasar desapercibido. Pero alguien lo vio ‘reptar’ por la fachada y no dudó en llamar al 091.

Cuando llegaron las primeras patrullas, el delincuente ya había conseguido apoderarse de la    bicicleta. Sin embargo, al ver apearse a los agentes de los vehículos, volvió a dejarla en el suelo y se apoyó en la barandilla del balcón para aparentar que vivía allí. Pero su treta resultó baldía, porque los funcionarios le preguntaron qué hacía y no supo dar una respuesta convincente, lo que hizo que estos subieran a la vivienda y llamaran al timbre.

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Eran cerca de las doce de la noche y el dueño del piso se encontraba durmiendo, pero no tardó en abrir la puerta para ver qué ocurría. Los policías le preguntaron si sabía que había una persona en su balcón, a lo que contestó que no. Acto seguido, el joven franqueó la entrada a los agentes y estos se fueron directos hacia el balcón, que tenía la ventana y la persiana bajada. Como se esperaban, al levantarla, se encontraron con el delincuente, que ocultaba además una papeleta de ‘speed’ en el bolsillo.

Douga T. les contó que vivía en el cuarto piso, por lo que la patrulla subió para comprobar si era cierto. Sus compañeros de piso lo confirmaron y les permitieron acceder a la habitación del detenido, donde los agentes localizaron otros 5,5 gramos de anfetamina. El ladrón, al que asiste la letrada Carmen Sánchez, quedó en libertad tras declarar ante el juez de guardia.