Confirman la pena de cárcel a la joven que ocultaba armas de guerra en Garrapinillos

La Guardia Civil halló también miles de cartuchos en un zulo abierto en el suelo y que tapaba el sofá.

Registro del salón de Garrapinillos donde estaba el zulo con armas y explosivos.
Registro del salón de Garrapinillos donde estaba el zulo con armas y explosivos.
Guardia Civil

La Audiencia de Zaragoza acaba de confirmar la condena de año y medio de prisión que el Juzgado de lo Penal número 1 impuso la pasada primavera a Verónica L. L. por ocultar numerosas armas de guerra y casi tres mil de cartuchos en un chalé del barrio de Garrapinillos. La mujer alegó en el juicio que aquel arsenal pertenecía a su hermano, Iván L. L., al que habían detenido y enviado a prisión meses atrás tras intervenirle un lanzagranadas y productos químicos para fabricar bombas. Sin embargo, es precisamente esta circunstancia la que lleva al tribunal a concluir que tuvo que ser ella quien ocultó u ordenó a un tercero que escondiera todas las armas que se hallaron durante un registro posterior.

La Guardia Civil intervino por primera vez la finca, ubicada en el camino Torre Sirón número 17, el 12 de junio de 2018. Para sorpresa de los investigadores, la novia de Iván L. L. les comunicó un tiempo después que en el chalé seguía habiendo armas prohibidas y munición. Y lo sabía, les dijo, porque se lo había revelado el encausado cuando lo visitó en la cárcel de Zuera.

Con esta información, la Guardia Civil pidió una nueva entrada y registro, que se llevaron a cabo el 20 de marzo de 2019. Por aquellas fechas, quien ocupaba la vivienda de Garrapinillos era Verónica L. L., la hermana del primer investigado, quien fue arrestada también por tenencia de armas.

La Fiscalía pidió cuatro años de prisión para la mujer, pero la defensa, a cargo de Carmen Sánchez Herrero, logró que la condena se quedara en año y medio. No conforme con el fallo, la letrada recurrió ante la Audiencia Provincial, a la que intentó convencer de que su cliente no sabía nada de las armas. Sin embargo, los magistrados señalan ahora una serie de «circunstancias concurrentes» que les llevan a pensar lo contrario. «Las armas no se encontraron durante el primer registro, el hermano estaba en prisión y el material estaba a la vista», dice la sentencia, que recuerda que quien vivía en el chalé era la investigada.

Al ser una pena inferior a dos años, la defensa ha pedido ahora la suspensión, pero el Juzgado de lo Penal número 1 aún no se ha pronunciado.

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