Sucesos en zaragoza

"La madre me la bajó por la noche muertica, sin respiración y con los ojos en blanco "

Uno de los vecinos de la pareja detenida por la muerte de una menor de 2 años en Zaragoza recuerda los angustiosos 15 minutos que estuvo tratando de revivirla.

La mujer que primero atendió el jueves a la niña, ante el edificio donde ocurrió el suceso.
La mujer que primero atendió el jueves a la niña, ante el edificio donde ocurrió el suceso.
José Miguel Marco

Cerca de una hora estuvieron vecinos, policías y sanitarios intentando reanimar a la pequeña Leyre, la niña de dos años fallecida el pasado jueves en el barrio del Picarral de Zaragoza como consecuencia de una supuesta paliza por la que han sido detenidos tanto su madre, de 28 años, como su actual compañero sentimental, de 33. “Me la bajaron por la noche muertica, sin respiración y con los ojos en blanco”, contaba este sábado María Pilar Aguilar frente al número 2 de la calle de María Sánchez Arbós, donde se produjo el trágico suceso. “Me asusté, porque eran más de la diez cuando llamaron al timbre. La madre la llevaba en brazos y no dejaba de llorar. Llamé corriendo a mi marido y se puso a hacerle rápidamente maniobras de reanimación”, recordaba esta vecina.

“Le tape la nariz y empecé a hacerle el boca a boca mientras le hacía masajes en el pecho. Estuve al menos un cuarto de hora sin parar, hasta que llegó la Policía”

Mariano Fernández, de 62 años, estuvo en la legión y todavía recordaba algunas técnicas de primeros auxilios. “Le tape la nariz y empecé a hacerle el boca a boca mientras le hacía masajes en el pecho. Estuve al menos un cuarto de hora sin parar, hasta que llegó la Policía”, explicaba el vecino, confesando que lleva dos noches sin dormir. “No se me borra la carica de la cría de la cabeza. Soy abuelo y tengo una nieta de la misma edad. Es una tragedia”, decía, tratando de contener la emoción.

Agentes de la Policía Nacional de Zaragoza han detenido a los padres de una niña de dos años que ha fallecido en la capital aragonesa. La detención se produjo este viernes, después de que los efectivos del cuerpo recibieran el pasado jueves, a las 22.50, una llamada en el 061 avisando de que acudieran a la calle María Sánchez Arbós, donde se había producido un suceso.

El alboroto que se formó en el patio de entrada, un edificio humilde de cuatro plantas del Picarral, entre las avenidas de Salvador Allende y San Juan de la Peña, hizo que todos los vecinos salieran a la escalera. Uno de ellos se encargó de llamar al 112, desde donde avisaron a la Policía Nacional y movilizaron una uvimóvil del 061. “La niña tenía golpes en la nariz, el rostro… Pero cuando me quedé impresionado fue al levantarle la camiseta para hacerle las maniobras de reanimación. Llevaba moratones enormes por todo el cuerpo. Uno especialmente grande en el costado, debajo del brazo derecho”, recordaba Mariano.

Los primeros agentes que llegaron al edificio dieron el relevo a este vecino hasta que llegó la ambulancia. Unos y otros trataron de obrar el milagro hasta casi la medianoche, pero las lesiones que presentaba la pequeña eran tan graves que terminaron costándole la vida. De hecho, el forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) solo pudo certificar su muerte. Será ahora la autopsia la que concrete la causa de la muerte, pero todo apunta a que no fue accidental. De hecho, tanto la madre como su pareja continúan en comisaría a la espera de ser trasladados ante el juez de guardia.