ZARAGOZA PROVINCIA

Encuentran unas pinturas rupestres en una pared rocosa de la foz de Sigüés

Una agente de protección de la naturaleza las vio cuando inspeccionaba una vía de escalada. Según las primeras valoraciones, el hallazgo supone el descubrimiento de un nuevo núcleo de arte esquemático, por lo que se va a prospectar la zona en busca de más pinturas.

Ana Baquedano, junto a las pintura que descubrió a mediados de julio.
Ana Baquedano, junto a las pintura que descubrió a mediados de julio.
Iosu Anton

Agentes de protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón encontraron hace unas semanas unas pinturas rupestres de color rojizo en una pared rocosa de la foz de Sigüés, en la Jacetania zaragozana. Según las primeras valoraciones, este hallazgo supone el descubrimiento de un nuevo núcleo del denominado arte esquemático, un estilo figurativo muy presente en Aragón que, como su propio nombre indica, se caracteriza por la simplicidad de sus trazos.

De hecho, la foz de Sigüés está muy próxima a la foz de Forniellos, otro paraje escarpado situado dentro del término municipal de Salvatierra de Esca en el que en los últimos años se han descubierto más de una decena de conjuntos de arte rupestre esquemático en los que también predomina el color rojo.

Las pinturas fueron localizadas a mediados de julio, pero ha sido esta semana cuando han sido visitadas por una técnico de la Dirección General de Patrimonio de la DGA y por los profesores de la Universidad de Zaragoza Pilar Utrilla y Manuel Bea. Desde el Gobierno de Aragón prefieren ser cautos e insisten en que para confirmar “la autenticidad y el interés” del hallazgo hace falta estudiarlo más a fondo. Sin embargo, ayer Utrilla no tuvo ninguna duda tras ver in situ los dibujos.

Se trata de cinco dedadas (manchas hechas con los dedos) en rojo. No se puede decir la época en la que fueron hechas, pero este es un motivo frecuente en el arte esquemático que también se encuentra en otras pinturas rupestres aragonesas, por ejemplo en las de Arén, Castillonroy, Estadilla o el río Vero”, explica esta catedrática de Prehistoria.

Primer planto de las cinco dedadas (manchas hechas con los dedos) de color rojizo que forman el conjunto descubierto en la foz de Sigüés.
Primer plano de las cinco dedadas (manchas hechas con los dedos) de color rojizo que forman el conjunto descubierto en la foz de Sigüés.
Iosu Antón

“Ahora el profesor Manuel Bea y el espeleólogo Mario Gisbert van a prospectar la zona porque seguro que tiene que haber más pinturas, pero por de pronto este hallazgo supone el descubrimiento de un nuevo núcleo de arte esquemático situado en el mismo ámbito que el de Salvatierra de Esca”, destaca Utrilla, quien considera que los dibujos encontrados pudieron ser “un signo marcador”.

“Están al comienzo o al final de la foz de Sigüés, según se mire, en un lugar muy bonito que se encuentra situado en el medio del farallón y desde el que las vistas son magníficas”, detalla esta experta subrayando que el lugar encaja con el tipo de emplazamientos que los artistas rupestres elegían para sus pinturas.

La foz de Sigüés es un angosto cañón excavado por el río Esca que separa las sierras de Leyre y Orba. Se encuentra entre los municipios de Sigüés y Salvatierra de Esca, y por sus características es un lugar muy apreciado por los amantes de la escalada. El hallazgo de las pinturas fue totalmente casual, pero estuvo relacionado con ese deporte.

Normalmente revisamos las nuevas vías que van abriendo los escaladores para que no afecten a los nidos de buitre o a otros animales”, explica la agente de protección de la naturaleza (APN) Ana Baquero. “Hacia mediados de julio, estaba inspeccionado una de esas vías junto con otro compañero cuando me llamaron la atención unas manchas rojizas que descubrí en un abrigo (una cavidad poco profunda que no llega a ser una cueva) y que me parecieron que eran dibujos”.

Baquero estudió Geología y sabe distinguir la oxidación natural que puede sufrir la roca de un pigmento utilizado para colorearla. Por eso decidió avisar a la Dirección General de Patrimonio para que inspeccionara el lugar y confirmase si se trata de pinturas rupestres. “Se encuentran a cierta altura y se puede llegar a ellas sin necesidad de cuerdas, aunque es un terreno muy escarpado”, explica esta APN.

En los distintos conjuntos de arte esquemático descubiertos anteriormente en la foz de Forniellos, en Salvatierra de Esca, se pueden ver importantes agrupaciones de digitaciones (marcas dejadas con los dedos), barras verticales y oblicuas, antropomorfos (formas con apariencia humana), signos abstractos...

Los diferentes estilos de arte rupestre en Aragón

Aragón es una de las automomías con más pinturas rupestres y cuenta con ejemplos de los tres estilos que se han diferenciado para clasificar estas manifestaciones artísticas en la Península Ibérica: el arte rupestre cantábrico, el levantino y el esquemático.

En 1978 se descubrió la cueva llamada Fuente del Trucho en Asque-Colungo (Huesca), ocupada hace 22.000 años y en la que había restos de grabados y pinturas, los más antiguos encontrados en Aragón. Su hallazgo confirmó la existencia de manifestaciones de arte paleolítico en Aragón, hasta entonces solo atribuido a las cuevas de la cornisa cantábrica. Cabe destacar otros ejemplos como la cueva del Formón en Toledo de la Nata (Huesca) y Roca Hernando en Cabra de Mora (Teruel).

Junto al arte rupestre cantábrico, Aragón conserva importantes ejemplos de pinturas de estilo levantino y esquemático. El estilo levantino es un arte eminentemente pictórico desarrollado en cuevas y abrigos habitadas entre los años 6.000 y 4.000 a. C. Se caracteriza, sobre todo, por la figuración, y son representativas las escenas de animales y seres humanos en actos rituales, cacerías, danza, guerra. Existe una larga lista de yacimientos de arte rupestre levantino que se extiende desde el Prepirineo oscense, pasando por Caspe en Zaragoza, hasta Albarracín y la ribera del río Martín en Teruel.

Las pinturas esquemáticas

Aunque su cronología aún se discute, el arte rupestre esquemático se data en el periodo aproximado que va desde el año 4.000 al año 1.000 a. C., a finales de la Edad del Bronce. En unas zonas parece que tiene un origen propio, pero en otras sugiere ser una evolución del naturalismo propio del arte levantino a través de una progresiva simplificación de sus diseños.

En las pinturas esquemáticas las figuras son muy sintéticas y a veces resultan inidentificables, pero esa simplificación no debe entenderse como una pérdida de técnica pictórica, sino como una mayor capacidad de simplificación. No obstante, las principales diferencias respecto al arte rupestre levantino se dan en la temática, ya que lo más habitual son los signos abstractos, un tipo de dibujos casi desconocido en las pinturas levantinas.

La Ley del Patrimonio Cultural de Aragón considera bienes de interés cultural (BIC) las cuevas, abrigos y lugares que contengan manifestaciones de arte rupestre en toda su tipología. En diciembre de 1998, la Unesco declaró el arte levantino Patrimonio Mundial.

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