El Tribunal de Cuentas da un rapapolvo a Zaragoza Alta Velocidad

El órgano de fiscalización constata en un informe las desastrosas consecuencias del modelo elegido para la integración de los suelos del ferrocarril

Gráfico en la web de Zaragoza Alta Velocidad con las parcelas (en naranja) por urbanizar.
Gráfico en la web de Zaragoza Alta Velocidad con las parcelas (en naranja) por urbanizar.

Aunque ya se empieza a ver la luz al final del túnel, lo cierto es que el camino de la sociedad Zaragoza Alta Velocidad (ZAV) ha sido tortuoso, no tanto entre su creación en 2002 y la Expo de Zaragoza (2008) como en los años posteriores, a partir de la crisis. Ahora, un informe del Tribunal de Cuentas da forma al agujero económico que ha supuesto para las tres administraciones implicadas -el Gobierno central, el autonómico y el Ayuntamiento de Zaragoza- la fórmula empleada para financiar las obras incluidas en el convenio: básicamente, la venta de suelo para construir viviendas.

El Tribunal de Cuentas acaba de fiscalizar, a 31 de diciembre de 2016, las actividades de 13 sociedades públicas en España de integración del ferrocarril participadas por ADIF-Alta Velocidad, en ciudades como Barcelona, Valencia o Logroño. De todos ellas, el convenio de ZAV ha sido de lejos el que más inversión había ejecutado hasta 2017: 1.165 millones de euros. Es un 86,95% del gasto estimado (1.340,07 millones) y casi el doble de lo presupuestado inicialmente (618,02). El segundo convenio en grado de ejecución es el de Logroño, que se queda en el 56,84%.

Pese al incremento entre la inversión prevista y la estimada finalmente, un 116,8% de aquella, esta variación se queda lejos de la media de los 13 convenios, que es del 186,2%. Y desde luego a un mundo del caso de Barcelona, donde se presupuestaron 335 millones y más tarde el gasto estimado aumentó hasta los 2.167,1 millones, un 546,9% más.

El convenio de Zaragoza es el que suma el segundo mayor déficit contable de los 13 analizados: a 31 de diciembre de 2016 suponía 319 millones de euros. Solo era peor la situación en Valencia, donde el desfase alcanza los 1.060 millones de euros. La principal causa es el descenso del valor del suelo, cuya enajenación debía en todos los casos que compensar las inversiones: si en 2009 la previsión global de ingresos por estas enajenaciones sumaban 5.211 millones de euros, siete años después las expectativas habían minorado hasta los 3.363,91 millones.

Recomendaciones del Tribunal de Cuentas

Al final del informe, el Tribunal de Cuentas hace unas recomendaciones a las administraciones implicadas que sirven de rapapolvo: que en adelante se replanteen si conviene soterrar vías de tren dado su elevado coste y que no son actuaciones imprescindibles, que si optan por hacerlo analicen con más acierto la planificación de los trabajos y que, en todo caso, no vuelvan a vincular los ingresos únicamente a “plusvalías urbanísticas de realización incierta”.

Una de las principales características del proyecto en Zaragoza es que es el que más había invertido hasta 2017 en adquisición de terrenos para una posterior urbanización: 227,1 millones, más que el resto juntos (101 millones). Mientras, el gasto en obras ferroviarias se queda en 107 millones y la urbanización en sí de suelos, en 17,1 millones.

La trayectoria financiera de la sociedad ha sido tortuosa, tal y como describe el Tribunal de Cuentas en su informe. Suscribió una línea de crédito de 485 millones de euros de los que el importe dispuesto alcanzó los 400 millones, pero ante las dificultades para pagar la deuda ZAV se vio en la necesidad que reestructurarla. La sociedad incurrió en causa de disolución en 2015, pero tras varias operaciones consiguió reducir su pasivo un año más tarde hasta los 213,6 millones.

Desde su creación, Zaragoza Alta Velocidad ha gastado en intereses 116,8 millones de euros. En el caso del Ayuntamiento de Zaragoza, por ejemplo, el Consistorio se ve obligado a destinar gran parte de sus esfuerzos inversores a pagar el crédito mancomunado para las obras de ZAV. En concreto, según el borrador de presupuesto que presentó ZEC, el desembolso suma 70 millones entre 2019 y 2025, de los que 10,9 corresponden al actual ejercicio (aún sin aprobar).

El rapapolvo del Tribunal de Cuentas a Zaragoza Alta Velocidad

Gráfico en la web de ZAV con la parcelas (en naranja) por ubanizar

Debido a su mala situación financiera ante las dificultades para vender suelo, ZAV se vio obligada a firmar en 2012 una adenda para no ejecutar tres actuaciones: la ronda sur ferroviaria (113,2 millones de euros), la reconversión de la avenida de Navarra (11,4 millones) y las instalaciones del túnel carretero (23,9 millones). En total, 148,5 millones menos de inversión con el objeto de aliviar las obligaciones de la sociedad. Esto ha hecho que las actuaciones de infraestructura ferroviaria hayan pasado a tener un grado de ejecución del 97%, casi el total.

Hay que recordar, en todo caso, que la nómina de actuaciones ya realizadas por Zaragoza Alta Velocidad es extensa, e incluye entre otras el puente del Tercer Milenio (54,9 millones) y los apeaderos del Portillo y Miraflores (15 millones).

En estos momentos, la actuación de ZAV desde la firma del convenio en 2002 empieza a ver la luz. Al inicio inminente de las obras en el primer bloque de viviendas del barrio del AVE -impulsado por Castillo Bauluz y el grupo riojano LMB, que pagaron a ZAV 13,7 millones de euros- se une el desbloqueo de la situación en la antigua estación del Portillo, donde el elevado coste de trasladar el centro de mando a la estación Delicias ha frenado el desarrollo de las zonas residenciales, verdes y de servicios que contempla el plan para esa céntrica zona.

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