El mes de enero ha evidenciado cuáles son los dos puntos más débiles de la red de suministro de agua de la ciudad: la carretera de Logroño y la de Barcelona. Sendas roturas en estos dos ramales han obligado a cortar el servicio a miles de vecinos y empresas de la capital aragonesa y su entorno, al no existir una alternativa de conducción hasta barrios y municipios como Utebo, Garrapinillos, Pastriz o Movera.

"A Casetas o a Malpica vamos con una sola tubería", reconoce el concejal de Urbanismo, Pablo Muñoz. Por ello, la "prioridad" del Ayuntamiento de Zaragoza es intervenir en estos viales de suministro, donde no existe lo que se conoce como redundancia, es decir, no hay tuberías alternativas para llegar hasta los hogares.

6 millones de euros de inversión

En ambos casos, el agua se transporta a través de tuberías de alta capacidad (750 milímetros de diámetros) y de hormigón armado con camisa de chapa. Mejorar las infraestructuras de suministro en estos dos ejes de población supondría un desembolso de unos 6 millones de euros, según detalla el edil de ZEC.

Se trata de una inversión que los vecinos y empresarios verían con muy buenos ojos. No en vano, y tras los últimos cortes de agua, han reclamado al Ayuntamiento que presupueste las partidas que sean necesarias para evitar que se repitan incidencias como las de esta semana.

Unos 1.500 vecinos de Pastriz y de Movera, así como cerca de 400 empresas del polígono de Malpica han tenido que pasar siete días sin suministro de agua. Los mismo ocurrió –aunque ‘solo’ durante dos días– en Casetas, Utebo y Garrapinillos, que suman una población superior a los 30.000 habitantes, este mes de enero. De nuevo una rotura en una tubería de hormigón armado de grandes dimensión obligó a cortar el agua.