Las tuberías de suministro sufrieron 259 averías el año pasado pero se redujeron las fugas de agua

El 80% de las roturas se localizan, principalmente en verano, en tubos de fibrocemento, un material obsoleto y frágil.

Reparación de la tubería de suministro de agua de Utebo y Casetas
Reparación de la tubería de suministro de agua de Utebo y Casetas
Francisco Jiménez

La red de suministro de agua de Zaragoza sufrió el año pasado 259 averías, y la mayoría de ellas, en torno al 80% según detallan fuentes municipales, se registraron en conductos de fibrocemento, un material obsoleto y dañino para la salud que el Ayuntamiento lleva años sustituyendo lentamente. En la actualidad, el subsuelo de la capital aragonesa todavía tiene 277 kilómetros de tuberías de este tipo, de una malla total de 1.300 kilómetros.

La cifra de incidentes es similar a la de ejercicios anteriores, en los que osciló entre las 236 roturas de 2017 y las 305 de 2016, pero siguen suponiendo un reto tanto para el servicio municipal de Infraestructuras como para las arcas públicas. Desde el Ayuntamiento aclaran que no todas las averías tienen la misma consideración, ya que "la mayoría son pequeños daños que no llegan a afectar al suministro en las casas", pero otros suponen un gran quebranto, bien por inundaciones en calles y garajes de la ciudad, bien por las restricciones en el servicio para la población, como los sufridos esta semana por vecinos y empresarios del eje de la carretera de Barcelona.

En este caso, la avería se registró en una gran tubería de 750 milímetros de diámetro que data de los años 70. Es de hormigón con camisa de chapa, materiales que se utilizan en los tramos de mayor capacidad de conducción de agua pero que están "ya anticuados y son complicados de reparar", según detallan los técnicos del Consistorio. Todavía representan 59 kilómetros de la red de la capital aragonesa.

En cualquier caso, el principal enemigo para el correcto funcionamiento del servicio lo siguen representando las tuberías de fibrocemento, que además de contener amianto –elemento considerado cancerígeno– es más propenso a sufrir daños. Desde 2010, el Ayuntamiento ha renovado 35 kilómetros de este tipo de conducto por otros más modernos y seguros, es decir, algo más de 4 kilómetros anuales. En este sentido, el anterior gobierno socialista hizo un especial esfuerzo en renovar la red de suministro, mientras que en los últimos años se ha frenado algo la inversión.

Aún así, el Consistorio tiene en caja 1,7 millones de euros disponibles para la renovación de tuberías. El concejal de Urbanismo, Pablo Muñoz, explica que a lo largo del actual mandato "se han aprovechado las renovaciones de calles para mejorar la red de suministro de agua". Así ha ocurrido en intervenciones como las de la avenida de Cataluña y Alcalde Caballero, la plaza de Europa, la calle Oviedo en Torrero, la de Antonio Leyva en el Oliver, Mordefuentes en San José, o Santa Isabel, entre otros.

El edil, eso sí, reconoce que "todavía queda mucho por hacer", y apunta a que las siguientes actuaciones tendrán lugar en un nuevo tramo de la avenida de Cataluña, y en las calles de Matheu y de Santiago Lapuente. En cambio, no ocurrirá lo mismo con las intervenciones que el gobierno de ZEC está llevando a cabo en el Casco para elevar a cota cero algunas calzadas, como en la calle de Don Jaime I. En este caso se hacen renovaciones ‘ligeras’ de reducido presupuesto ya que no se modifica el subsuelo, por lo que solo se pueden iniciar en calles con tuberías modernas.

El consumo baja a 57,6 hm3/año

Una de las principales consecuencias de las averías en el suministro de agua son las fugas y el consiguiente gasto económico y medioambiental. Las roturas, que son más frecuentes en verano por cómo afectan las temperaturas al fibrocemento y por la caída de la presión en la red, provocan el vertido de miles de litros de agua fuera del sistema, lo que se refleja en las cifras de consumo.

El año pasado, los zaragozanos usaron 57,62 hectómetros cúbicos de agua a través de sus grifos, la cifra más baja de la última década. En 2008 el dato alcanzó los 61,1 hm3 con una población, además, menor. En el Ayuntamiento achacan esta mejoría a las "campañas de concienciación" y a la "reducción de las fugas por la mejora de la red de tuberías".

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