La entrada de Urgencias del Servet, llena de colillas

La ley antitabaco no parece llegar a la puerta del hospital zaragozano.

Una zona libre de humos del Servet, llena de colillas.
Una zona libre de humos del Servet, llena de colillas.
HA

La ley antitabaco aprobaga en 2010 prohíbe fumar -además de en muchos otros lugares- en cualquier recinto hospitalario. Y la norma no se limita al interior del eficio, tampoco se puede encender un pitillo en ninguna de las zonas exteriores de los complejos hospitalarios: terrazas, azoteas, escaleras de emergencia e incluso los porches de entrada están incluidos, por tanto, en la prohibición.

Aunque hay quien cree que las leyes están para incumplirlas. O para trampearlas según sus propias necesidades. Así lo demuestra la foto que acompaña este texto y que muestra el estado de la entrada de Urgencias de hospital Miguel Servet de Zaragoza: el suelo aparece completamente lleno de colillas.

Ni siquiera los rótulos en las paredes, que dicen alto y claro que esa es una "zona libre de humos", hacen desistir a los fumadores, que aprovechan ese rincón para echar un pitillo. Poco parece importar la normativa antitabaco. Para muchos fumadores, aunque esa lugar junto a la puerta -con su consiguiente trajín de pacientes y acompañantes- está cubierto  y no es todavía la calle, salir allí a fumarse un cigarro se ha convertido en habitual.

Porque la imagen de la foto no es la excepción y es difícil no encontrar en esa zona a alguien enganchado a su pitillo. La estampa, además, no se produce solo en el Miguel Servet. En las puertas de cualquier centro sanitario es habitual encontrar fumadores, con su consiguiente rastro de colillas.

La ley, sin embargo, es clara. Es su artículo 7 punto C señala que fumar en los "centros, servicios o establecimientos sanitarios, así como en los espacios al aire libre o cubiertos, comprendidos en sus recintos" está terminantemente prohibido. Desde hace 19 años.

La norma ha logrado cambiar las costumbres de los consumidores y ya es casi imposible encontrarse a alguien fumando en un restaurante o un lugar de trabajo. En las puertas de hospitales y centros médicos, todavía hay quien se resiste a dejarlo.

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