Los exgerentes de una residencia niegan que se quedaran con 44.000 euros de dos ancianos

Reconocieron que les acompañaban al banco a sacar dinero y que los jubilados se lo gastaban "en ropa y comida".

Los tres acusados evitaron ser fotografiados poco antes del comienzo de la vista oral.
Los tres acusados evitaron ser fotografiados poco antes del comienzo de la vista oral.
Guillermo Mestre

La Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a los exresponsables de una residencia de ancianos de Zaragoza por un presunto delito continuado de estafa. La Fiscalía cree que Álvaro M. A., Valentin N. y Luminita N. se aprovecharon de dos ancianos sin entorno familiar y les estafaron unos 44.000 euros.

El modus operandi habitual consistía en acompañar a los jubilados al banco para retirar diferentes cantidades de dinero. El ministerio público exige para los dos primeros acusados una condena de cuatro años de cárcel, mientras que para Luminita N., esposa del segundo, pide dos. La Policía Nacional arrestó a los tres en abril de 2017 tras una investigación de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM).

Los hechos se remontan a diciembre de 2014. De acuerdo el fiscal José Luis Edo, fue entonces cuando Álvaro M. A. empezó a acompañar al banco a uno de los ancianos que estaba internado en la residencia, situada en el centro de Zaragoza. Según declaró ante la Sección Primera, fue con él a sacar dinero "unas diez veces", aunque dos extrabajadoras del centro asistencial –piezas clave de la causa porque en junio de 2016 denunciaron ante la DGA las presuntas irregularidades– afirmaron que las visitas al banco eran más frecuentes.

Una de las empleadas de la sucursal a la que acudían, cercana al centro asistencial, afirmó que había atendido al anciano y al exgerente "unas cuatro o cinco veces". "Al anciano no se le entendía muy bien y siempre hablaba el acompañante. Nosotros le preguntábamos que si era eso lo que quería hacer y nos decía que sí", declaró la bancaria. Según la Fiscalía, el anciano retiró de su cuenta 25.750 euros entre diciembre de 2014 y enero de 2016.

"No me he quedado nunca con dinero", afirmó ayer durante el juicio Álvaro M. A., al que defiende el abogado Simón Lahoz. La misma posición mantuvo el matrimonio formado por Valentin N. y Luminita N., quienes en mayo de 2016 tomaron el relevo del primero al frente de la gerencia de la residencia. La Fiscalía estima probado que el marido siguió acompañando al mismo anciano al banco y calcula que se apropió de 12.000 euros más. Además, este hombre fue instituido heredero del jubilado en 2016, que murió hace un par de años. La herencia ascendió a algo más de 50.000 euros, que están bloqueados hasta que se resuelva el caso. "Salió de él hacerme su heredero. Yo era como su hijo", afirmó Valentin N. "Le afeitaba y le acompañaba a todos lados", añadió.

Por su parte, Luminita N. negó que acompañara al anciano, pero reconoció que sí acudió al banco con otra residente en dos ocasiones y retiró 4.000 euros. "El dinero que sacó se lo gastó todo en ropa delante de mí", declaró la acusada. Interpelada por la magistrada sobre qué prendas adquirió, la acusada contestó: "Ya sabe, cosas de mujeres". La jueza insistió para que precisara. "Vestidos, faldas... La señora era muy caprichosa", dijo Luminita N.

Un 'billete' falso para tranquilizar al anciano

El notario que validó el testamento del anciano afirmó durante la vista oral que cuando se trata de testamentos en los que se instituye un heredero ajeno a la familia, como es este caso, "se extreman las precauciones". De cualquier manera, sostuvo que cuando se entrevistó con el anciano le consideró capaz y explicó que pidió que comparecieran dos testigos en la firma simplemente porque el hombre "tenía dificultades para leer".

Estos testigos fueron un anciano que también estaba interno en la residencia gestionada por los acusados y su hermana. Esta mujer declaró ayer en la Audiencia que apenas conocía al hombre que otorgaba el testamento y que solo acudió a la firma porque se lo pidió su hermano, ya fallecido. En la vista oral también comparecieron las dos extrabajadoras que denunciaron ante la DGA. Ambas señalaron que el anciano que era víctima de la presunta estafa se ponía muy nervioso después de volver del banco.

"Gritaba 'mi dinero, mi dinero, me están robando mi dinero!'. Se alteraba mucho", manifestó una de las exempleadas, que añadió que en alguna ocasión tuvieron que llamar a Álvaro M. A. para que tranquilizara al jubilado. "En una ocasión, Álvaro M. A. nos dio unos folletos con la imagen de un billete de 500 euros impresa por un lado y por otro publicidad de una carnicería. Nos dijo que se lo diéramos al anciano cuando se pusiera nervioso", relataron ambas mujeres. Una de ellas reconoció que llegó a darle el panfleto al anciano. "Se tranquilizó. Luego me sentí tan mal que no lo volví a hacer", zanjó.

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