“Helados” en el centro de salud de San Pablo

Los trabajadores de admisión denuncian las bajas temperaturas que soportan por el mal funcionamiento de la calefacción del edificio.

Las empleadas de admisiones del Centro de Salud de San Pablo trabajan con guantes, bufanda y gorro por el frío.
Las empleadas de admisiones del Centro de Salud de San Pablo trabajan con guantes, bufanda y gorro por el frío.
S.B.

Los calefactores y las estufas eléctricas llevan desde el comienzo del invierno funcionando sin parar en el Centro de Salud de San Pablo, en la calle Aguadores de Zaragoza. Los trabajadores de admisiones, ataviados con guantes, bufanda y gorro, denuncian el mal funcionamiento de la calefacción del edificio y aseguran sufrir esta situación desde que fue construido en 2001. En los meses más gélidos, han llegado a alcanzar temperaturas de 15 o 17 grados en el interior.

“Desde que se construyó el edificio hemos tenido problemas con la calefacción y el aire acondicionado. Mantenimiento ha hecho algunos parches para salir del paso, pero estos días que estamos a bajo cero no damos abasto. Dicen que habría que cambiar la maquinaria, pero que todo depende del presupuesto y que no hay dinero”, comenta Sonia Benedí, responsable del servicio de Admisión del centro.

Según los trabajadores de admisiones, el sistema de calefacción con el que cuentan las instalaciones no es lo suficientemente potente para calentar un edificio de cuatro plantas y grandes ventanales. “En invierno hace mucho frío y en verano mucho calor. Las enormes cristaleras quedan muy bonitas, pero cuando se diseñaron no se pensó en los trabajadores”, explica Benedí.

Las empleadas de admisiones son unas de las que más acusan el frío, ya que su puesto de trabajo se ubica justo en frente de la puerta automática, que está continuamente abriéndose para dar paso a los pacientes que acuden al centro sanitario. Para “paliar un poco” esta situación, las trabajadoras cuentan con estufas eléctricas. “Las tenemos colocadas al lado de las piernas, pero eso va fatal para la circulación de la sangre”, señala la responsable de admisiones.

Entre las medidas que se han tomado en el centro, se encuentra la instalación de calefactores en el techo, aunque las trabajadoras comentan que a veces expulsan aire frío y que estos “parches” no son suficientes. Los calefactores, además, producen “mucho ruido”, lo cual entorpece la labor de las empleadas de admisiones, que tienen que forzar la voz para entenderse con los pacientes. “Estamos un poco mejor que al principio, pero sigue haciendo un frío horroroso y tenemos que trabajar con gorro y bufanda, y ya hemos tenido problemas de catarros, faringitis y contracturas”, apunta Sonia Benedí.

Según las trabajadoras, algunos médicos y pacientes también se han quejado del frío en las salas de espera y las consultas médicas. “Por ejemplo, en pediatría, los doctores tienen que desnudar a los niños para hacerles las revisiones y se quedan helados”, afirma la responsable.

A la DGA no le constan quejas

Desde el Gobierno de Aragón, aseguran no haber recibido ninguna queja en los últimos días sobre las bajas temperaturas en el Centro de Salud de San Pablo. Asimismo, señalan que no hay registrada ninguna avería en la maquinaria.

Fuentes de la DGA explican que cada vez que se registra una queja, se envía a los responsables de matenimiento para que revisen el sistema y lo intenten acomodar para que todos los trabajadores estén conformes.

Frío en otros centros

Los trabajadores de la unidad de admisiones del Centro de Salud de Univérsitas también denunciaron recientemente las bajas temperaturas que tienen que soportar durante el invierno en su puesto laboral. En este centro, llegaron a registrar temperaturas de 13 grados en el almacén o de 15 en el vestuario masculino.

En este caso, los empleados se quejan de las continuas averías que presenta el sistema de calefacción, que tiene más de 20 años y que no da abasto para calentar adecuadamente el edificio.

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