La irrupción de los vehículos de movilidad compartida agudiza la caída de usos del Bizi

Tras la entrada en servicio de otras empresas de bicis y patinetes, se hicieron un 7% menos de viajes.

La llegada de nuevos servicios de movilidad reduce los usuarios del Bizi Zaragoza.
La llegada de nuevos servicios de movilidad reduce los usuarios del Bizi Zaragoza.
Raquel Labodía

Hace apenas unos meses, las bicicletas rojas dominaban Zaragoza. Los vehículos del servicio Bizi destacaban en la escena urbana de la ciudad, como un sistema de transporte alternativo y sostenible. Sin embargo, en los últimos meses su presencia se ha difuminado. Siguen ahí, pero rodeadas de bicicletas naranjas, de otras azules y de patinetes de todo tipo de colores. La irrupción de los vehículos de movilidad compartida ha agudizado la caída de usos y usuarios que venía sufriendo el Bizi en los últimos años. La pérdida de pujanza viene de lejos, pero desde el pasado mes de septiembre –cuando empezó a llegar la competencia– es un poco más acusada.

El servicio llegó a su cumbre entre 2011 y 2012, cuando se alcanzaron los 38.887 usuarios y se registraron casi 8.600 usos de media diaria. Eran esos días en los que coger o dejar una bicicleta en una estación llegó a ser realmente complicado, porque estas estaban llenas o vacías, dependiendo del barrio y del momento. Desde entonces y hasta 2014, Bizi vivió un ligero descenso, que se agudizó notablemente cuando el Ayuntamiento prohibió –por orden judicial– circular por las aceras.

La caída no se ha frenado, y cada año se ha ido cerrando con menos usuarios y menos usos que el anterior. Entre septiembre y diciembre de 2017 se hicieron 678.876 viajes con el servicio de las bicicletas rojas. Durante el mismo periodo del año pasado, ya con los sistemas de movilidad compartida operando en la ciudad, hubo 631.138, un 7% menos.

Sin embargo, el descenso provocado por las nuevas empresas es más llamativo en el caso de los usuarios. Entre septiembre y diciembre de 2017, Bizi Zaragoza perdió 559 socios, mientras que en el mismo periodo del año siguiente fueron 742, un 25% más. Hay que tener en cuenta que los bonos son anuales, por lo que para ver el efecto real de la movilidad compartida habrá que esperar unos cuantos meses más, cuando vayan expirando los contratos de todos los usuarios.

Desde la empresa señalan que "la tendencia es a la baja" desde hace tiempo, y reconocen que "en los últimos tres meses, cuando entraron otras empresas, ha habido un ligero incremento del descenso respecto a los años anteriores". En el Ayuntamiento, por su parte, observan que "sigue existiendo un espacio para este servicio", al menos hasta que termine el actual contrato, que gestiona la empresa Clear Channel y que finaliza en 2023.

En todo este tiempo, Bizi Zaragoza ha visto cómo se ha frustrado su expansión por todos los barrios de la ciudad, que hubiera posibilitado un relanzamiento del servicio –que, además, contemplaba una renovación y ampliación de las bicicletas–. Sin embargo, una resolución del Tribunal de Contratos tras un recurso del PP impidió la extensión de las estaciones por la ciudad.

Las nuevas modalidades de movilidad compartida permiten que las bicicletas o los patinetes no dependan de los terminales para poder coger o aparcar bicicletas, lo que da más libertad a los usuarios. Simplemente con una aplicación del móvil se puede desbloquear el vehículo e iniciar el desplazamiento. En solo cuatro meses han aterrizado dos empresas de bicis (Mobike y Electric Renting Group) y hasta cuatro de patinetes (Koko, Lime, Tier y Voi).

En cambio, resultan sistemas mucho más caros, ya que casi todos tienen una ‘bajada de bandera’ de un euro en cada viaje, más una cantidad dependiendo del número de minutos que dure. En el caso del Bizi, en cambio, hay un abono anual de no llega a 37 euros con el que se puede hacer un número ilimitado de desplazamientos.

El nuevo concurso

Habrá que ver, en los próximos meses, el efecto que tiene en el servicio el concurso que ha sacado el Ayuntamiento para gestionar los patinetes eléctricos. El Consistorio quiere reducir el número de empresas a dos, pero en la práctica supondrá una ampliación del número de patinetes, ya que cada una ella podrá tener 850 –cifra que se podría duplicar tras un acuerdo entre ambas partes–, mientras que actualmente se calcula que hay unos 600. Las compañías tienen hasta el día 31 para presentar sus ofertas, y se espera que las empresas elegidas operen, como tarde, en primavera.

De momento el Ayuntamiento no se ha planteado una regulación similar con las bicicletas de movilidad compartida, a pesar de que ocupan un espacio público sin aportar dinero a la ciudad –a diferencia de lo que sí hace Clear Channel–. Y, además, sufren con más crudeza el cierzo cuando están aparcadas, como bien se ha demostrado estos días.

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