Confirman la condena a un hombre que tiró a su novia desde una terraza

El intento de homicidio se cometió en La Almozara y la víctima, que cayó desde una altura de 13 metros, sufrió graves lesiones.

El acusado se tapó el rostro cuando accedía a la sala de vistas de la Audiencia de Zaragoza.
El acusado se tapó el rostro cuando accedía a la sala de vistas de la Audiencia de Zaragoza.
Daniel Marzo

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de siete años y medio de prisión a Sergio Ángel Pe Gregorio, de 47 años, por intentar matar a la que era su pareja tirándola desde una altura de 13 metros. La víctima, con la que llevaba cinco meses conviviendo, sufrió un traumatismo craneoencefálico, neumotórax y fracturas cervicales. Desde entonces, tiene problemas para moverse, dolores en la espalda, síndrome de estrés postraumático y una cicatriz en el brazo de diez centímetros de largo por tres de ancho.

La Audiencia Provincial de Zaragoza condenó a Pe Gregorio el pasado mes de mayo por un delito de tentativa de homicidio. El agresor, que pasó tres meses en prisión y permanece en libertad controlado por una pulsera de seguridad, recurrió la sentencia, pero ahora el Alto Tribunal la ha confirmado en todos sus extremos.

El intento de homicidio se produjo el 20 de abril de 2015 en un inmueble del barrio de La Almozara. Ese día el acusado estuvo de bares con un amigo hasta que sobre las 21.30 se les unió su pareja. Los tres permanecieron juntos hasta la medianoche, cuando el acusado decidió marcharse a casa y dejó a su amigo y a su compañera jugando al billar en un bar situado frente a su domicilio.

Como ya entonces tenía miedo del acusado, la víctima pidió al amigo que la acompañara a casa, ya que temía la reacción violenta de su compañero. La presencia del otro varón no amilanó a Sergio Ángel Pe quien, nada más verla entrar por la puerta, le dijo: "Hija de puta, de dónde vienes". Acto seguido, la tiró al suelo y comenzó a propinarle puñetazos y patadas en la cabeza.

La agresión fue de tal intensidad que los vecinos se despertaron. El amigo intentó mediar y apaciguarlo, pero no lo consiguió. Ella intentó huir subiendo las escaleras del dúplex en el que vivían, pero el agresor no se lo permitió y continuó empujándola hasta llegar a la planta de arriba. Tanto el otro varón como los vecinos pudieron oír a la víctima llorar al tiempo que decía: "Socorro, socorro, déjame, déjame". Cuando salieron a la terraza, el maltratador la agarró de la cintura y la arrojó al vacío. Seguidamente, el procesado le dijo a su amigo, que seguía en el piso: "A esa hija de puta ya la he tirado".

Durante la vista oral, Pe Gregorio trató de convencer al tribunal de que la mujer, defendida por el abogado Javier Ferreira, había saltado al vacío con la intención de quitarse la vida, pero todas las pruebas demostraron que fue él quien intentó matarla.

Aunque el procesado recurrió la sentencia, el Tribunal Supremo la ha confirmado en todos sus extremos.

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