La Audiencia de Zaragoza sentó ayer en el banquillo de los acusados a D. O. A., un hombre para el que la Fiscalía pidió prisión por los presuntos abusos sexuales a los que sometió a la hermana pequeña de su compañera sentimental. La adolescente asegura que el encausado se aprovechó de ella y le tocó los pechos por debajo de la ropa en al menos dos ocasiones, algo que él niega de forma categórica. De hecho, durante su declaración ante el tribunal, el investigado declaró que la chica actúa "por venganza", ya que fue él quien alertó a los padres de la menor de que estaba colgando fotos eróticas en las redes sociales.

En lo único que coinciden denunciante y acusado es en que antes de estos hechos la relación entre ellos era buena. Sin embargo, parece que todo cambió a finales de junio de 2016, fecha en la que según la menor se produjeron los primeros abusos. La chica no pudo precisar el día exacto, pero recordó que una tarde estaba cruzándose mensajes a través de Instagram con una amiga modelo cuando su ‘cuñado’ –el hombre no está casado con su hermana pero conviven desde hace mucho tiempo– le pidió que se quitara la camiseta y el sujetador.

"Al principio me tocó los pechos por encima, pero luego metió la mano por debajo. Me preguntó que si me había molestado y le dije que sí. Nunca antes había hecho algo así y me dio su palabra de que no volvería a ocurrir", declaró desde detrás de un biombo para evitar el contacto visual con el encartado.

La menor explicó que la segunda vez que este hombre abusó de ella fue en diciembre de ese mismo año. "Como la vez anterior, me mandó que me quitara la ropa y empezó a tocarme mientras me preguntaba que si me dejaría hacer lo mismo por otras personas. Yo estaba muy nerviosa y me quedé paralizada", dijo.

La Fiscalía recordó que la denuncia en comisaría no se tramitó hasta varios meses después. "¿Podría explicarme por qué tardaron tanto tiempo?", preguntó a la chica.Según esta, aunque ya había estado acudiendo antes al psicólogo por un problema de bullying, los supuestos abusos agravaron su problema de inseguridad y ansiedad y tuvo que retomar las sesiones. "Fue la psicóloga la que me dijo que si tenía que denunciar lo hiciera cuando me encontrara con fuerzas, indicó la menor.

Así lo corroboraron después tanto la profesional que le asistía como los padres de la chica. De hecho, fueron estos últimos quienes cogieron las páginas que había escrito su hija relatando lo sucedido y acudieron a la Policía.

"Solo nos preocupamos por ella"

El acusado no solo negó los abusos sino que puso de manifiesto el enorme interés que tanto su pareja como él mostraron hacia la chica. "Cuando intentó quitarse la vida tomando unas pastillas nos contó que había tenido una discusión con una amiga, pero nosotros pensamos que tenía que haber algo más.

Fue entonces cuando pedimos permiso a sus padres para revisar sus cuentas de correo electrónico y en las redes sociales. Y no hizo falta buscar mucho, porque enseguida vimos fotos de ella en sujetador y sin ropa. Solo nos preocupamos por ella", indicó, recordando que tuvo que borrar el abundante material de carácter erótico que hallaron en "más de 40 cuentas de Gmail". La hermana de la denunciante asegura que esta "miente más que habla" y considera que es "imposible" que el acusado le pusiera la mano encima.