Un tramo de la vía de acceso a la ermita de Velilla de Ebro ha tenido que ser acordonada como medida cautelar ante el riesgo de derrumbe. Y es que la semana pasada se vino abajo parte de un muro y la barandilla de la subida a este enclave.

La ermita es propiedad del Arzobispado de Zaragoza pero el Ayuntamiento es el encargado de acometer las obras de reconstrucción. No obstante, la zona donde se han producido los derrumbes forma parte del yacimiento de la colonia romana Lepida Celsa, catalogada como Bien de Interés Cultural. Por este motivo, las autoridades municipales de Velilla se han puesto ya en contacto con la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón y con el Arzobispado para tratar las posibles soluciones.

Por el momento, este incidente, que no ha supuesto daños ni materiales ni personales, ha afectado a una de las principales tradiciones de Velilla, el dance de San Nicolás. Como cada 6 de diciembre, para honrar a su patrón, los vecinos participan en esta tradición, que atrae a familias que solo visitan el pueblo con este motivo.

Los danzantes recorren las calles con palos y espadas, representando las luchas de moros y cristianos. La subida hasta la ermita de San Nicolás y la bajada forman parte de este itinerario pero este año, tras el derrumbe, el recorrido se ha tenido que modificar. El grupo se desvió por la cuesta de la Paloma.

Por el momento, la zona afectada permanece cerrada, ante el riesgo de posibles nuevos derrumbes. El arquitecto municipal ya ha elaborado un primer informe de lo sucedido aunque desde el Ayuntamiento temen que se trate de algo “más grave”. “Quizás haya daños estructurales y tal vez haya que llevar a cabo labores de consolidación y estudios técnicos previos”, asegura Rosario Gómez, alcaldesa de Velilla.