Tras la tormenta que supuso la escisión en Interpeñas y la moción de confianza que perdió hace quince días Braulio Cantera, la calma no acaba de llegar a la federación. El próximo 12 de diciembre se celebrarán elecciones y, aunque anoche finalizaba el plazo para presentar candidatos, la junta directiva en funciones decidió ampliarlo cuatro días más porque ayer ningún aspirante se había postulado. El nuevo límite es el lunes a las 19.30, apenas una hora antes de que los aspirantes tengan que desgranar sus programas y propuestas.

Si bien las candidaturas no serán oficiales hasta el lunes –siempre que no haya impugnaciones y la documentación presentada sea correcta–, sí ha habido algunos socios que han mostrado su interés participar en los comicios para tomar las riendas del colectivo peñista. En los mentideros se habla de dos mujeres dispuestas a dar un paso al frente –Eva Cerdán, de la peña El Jaleo, y Sara Priego, de El Rebullo–, lo que conllevaría que Interpeñas, por primera vez desde su fundación hace 34 años, tuviera una mujer presidenta. No obstante, también hay rumores de que podrían presentarse hasta cuatro candidatos.

La federación cuenta actualmente con quince agrupaciones, tras la marcha en septiembre de otras once formaciones que decidieron reunirse bajo el paraguas de una nueva marca, la Unión Peñista. Estas se granjearon las pasadas fiestas del Pilar un acuerdo con los gestores del Espacio Zity, mientras que Interpeñas no consiguió finalmente un recinto como el Parking Norte, lo que levantó ampollas entre algunos asociados y fue uno de los detonantes de una moción de censura que no llegó a celebrarse, dado que Cantera se sometió a una cuestión de confianza que perdió por 14 votos a 1.

Restañar heridas

Entre los deberes a corto plazo que tendrán los aspirantes figuran los de recuperar la unidad de los peñistas, procurar una gestión más transparente y mejorar la imagen pública de Interpeñas. También tendrán que tender puentes con las instituciones sin olvidar reivindicaciones sempiternas como la de contar con un recinto propio. La junta venidera tendrá que resolver con cierta presteza su participación en actividades como las fiestas de Nochevieja, el Jueves Lardero, el Carnaval o la Cincomarzada. Otro de los caballos de batalla serán los problemas de financiación de la entidad (aunque actualmente hay un superávit de 200.000 euros) y las espinosas relaciones con el Consistorio.