El lazo entre la Almozara y el Actur

El puente de la Almozara tiene un origen exclusivamente ferroviario. La expansión de la ciudad hacia la margen izquierda obligó a que cambiase su funcionalidad, siendo ahora transitado por miles de vehículos al día.

El lazo entre la Almozara y el Actur
El lazo entre la Almozara y el Actur

Se le ha llamado el puente de la Química, por su ubicación junto a la factoría que se levantaba a la entrada del zaragozano barrio de la Almozara. Ese es precisamente su nombre, aunque también hay vecinos de la capital aragonesa, los más mayores, que le llaman del ferrocarril. Ellos recordarán cuando sobre vías era la única forma de cruzar a la otra margen por esta pasarela, que estaba en las proximidades de la playa de los Ángeles.

El tren tras salir de la Estación del Norte y abrazar el barrio de la Ortilla, cruzaba el Ebro. “El puente del Ferrocarril, construido aguas arriba junto al barrio de la Química – de la Almozara – y destinado a permitir la comunicación ferroviaria entre las estaciones del Norte y de M.Z.A”, según expresa Isabel Yeste en un artículo del número 15 de la revista ‘Artigrama’.

Desde otoño de 1870 los trenes realizaron ese recorrido hasta el 1 de octubre de 1976, cuando el tren cruzó por última vez el puente del Ferrocarril, como cita la profesora Yeste en su artículo ‘La conquista de la margen izquierda del Ebro: puentes en Zaragoza en el siglo XX’.

“En 1947, y tras diversos problemas de estabilidad, Renfe encargó un nuevo puente de tres vías ferroviarias”, se apunta en la ficha de Zaragoza Turismo. Los pilares del antiguo puente todavía se pueden observar si el nivel del río lo permite. Se trata de dos grandes circunferencias que se asoman de forma tímida bajo el río y que son más visibles en el lado del Actur.

Para mantener vivo su origen una locomotora espera parada entre carriles de coches en la margen izquierda del río, en el Actur. Dicho barrio fue en parte el motivo de que cambiara la funcionalidad de este puente, ya que la capital aragonesa estaba en vías de expansión. Los trenes fueron entonces desviados por el sur de la ciudad y el puente de la Almozara pasó a ser de tránsito rodado. De esta manera se pretendía solucionar los problemas de tráfico entre las dos márgenes en la década de los 80.

En esos años, concretamente en marzo de 1983, “se daban a conocer las bases del concurso para la construcción del nuevo puente”, tal y como se referencia en Zaragoza Turismo. Ese nuevo proyecto se hizo realidad y se inauguró la reforma el 30 de septiembre de 1987.

Esa no fue la última intervención de mejora que se acometió, en 2009 se transformó la parte central en un boulevard peatonal con carril bici, dejando para la historia las bóvedas que separaban ambos carriles.

‘Cierzo’ protagonista

Si lo que representa una antigua cabeza de tren recuerda lo que el puente fue en un lado, en la margen derecha – junto a la plaza de Europa - está la escultura ‘Cierzo’, obra del escultor Andreu Alfaro, un viento que permanece, como también lo hace la concurrida circulación. Unos 60.000 vehículos circulan al día por este puente.

Isabel Yeste, investigadora sobre urbanismo y conservación del patrimonio arquitectónico, lo afirma en su artículo de ‘Artigrama’: “Quizá fuera el puente de la Almozara el que permitió que, definitivamente, se rompiera la barrera del Ebro para que al otro lado se desarrollara un portante enclave urbano”.

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