Desmontar las estaciones 'fantasma' del Bizi costó 11.000 euros

El Ayuntamiento de Zaragoza deberá asumir los gastos que tuvo Clear Channel por levantar los anclajes de la frustrada ampliación del servicio, que nunca se llegaron a usar. Aún está pendiente la reclamación que pedirá la empresa, que se antoja millonaria.

La concejala de Movilidad, Teresa Artigas, y el edil de Cs Alberto Casañal, con la primera estación de la ampliación que se colocó.
La concejala de Movilidad, Teresa Artigas, y el edil de Cs Alberto Casañal, con la primera estación de la ampliación que se colocó.
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11.000 euros por algo que nunca se llegó a usar. El montaje y desmontaje de las estaciones ‘fantasmas’ del Bizi, aquellas que se colocaron en Valdespartera y Vía Ibérica en la frustrada ampliación del servicio, costaron exactamente 11.006,16 euros, impuestos incluidos. Un gasto que asumió la empresa que presta el servicio, Clear Channel, pero que el Consistorio es consciente que acabará corriendo de su cuenta.

Las estaciones se colocaron hace justo un año. Fueron cinco, y se instalaron en Vía Ibérica y el comienzo de Valdespartera, para dar continuidad al eje Gran Vía-Fernando el Católico-Isabel la Católica. El gobierno decidió que se instalaran pese a las dudas jurídicas que generaba la ampliación del servicio, después de que el Consejo Consultivo de Aragón se hubiera pronunciado de forma desfavorable.

Solo un día después de que se colocara la primera estación en Vía Ibérica, el Tribunal de Contratos obligó a ZEC a detener los trabajos. A raíz de un recurso planteado por el portavoz del PP, Jorge Azcón, el tribunal determinó que se debía suspender la instalación de las 40 primeras estaciones que se iban a colocar en dos meses en Casablanca, Valdespartera, San José y Las Fuentes, entre otros barrios. La operación total incluía para los primeros meses de 2018 otras 80 estaciones y 1.200 bicicletas nuevas.

Tres semanas después, el Tribunal de Contratos tumbó el plan de forma definitiva, al considerarlo una “adjudicación directa ilegal”. Para entonces, Clear Channel ya había colocado las famosas cinco estaciones ‘fantasma’, pero además tenía compradas al menos 440 bicicletas y 40 estaciones que finalmente no llegó a utilizar.

El coste de la retirada de los cinco anclajes, que se hizo meses después, se ha conocido a raíz de una pregunta del concejal del PP Sebastián Contín al gobierno municipal. El edil popular considera que este caso es un ejemplo de “cómo la izquierda persiste en impulsar un contrato de un medio de movilidad compartida que está obsoleto”. “Querían invertir 18 millones de euros en esto, cuando se ha demostrado que la movilidad compartida va por otro lado”, cree Contín.

Los 11.000 euros de las cinco estaciones podrían ser un mal menor para el Ayuntamiento, ya que Clear Channel podría reclamar una cantidad muy superior. Hay que tener en cuenta que solo el coste del material de la primera fase de la ampliación (40 estaciones y 440 bicicletas) ascendía a 925.000 euros.

La empresa llegó a traer buena parte de ese material a Zaragoza desde China, con un diseño de bicicletas exclusivo para la capital aragonesa que, finalmente, no llegó a utilizar. Tanto la empresa como el Ayuntamiento niegan que de momento se haya exigido una indemnización, pero ninguno de los dos descartan que esta reclamación acabe llegando.

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