Arregui: "El País Vasco cerró el libro de la banda terrorista y nadie quiere volver a abrirlo"

El exconsejero del Gobierno vasco dice que los herederos de ETA quieren reescribir la historia y negársela a las víctimas.

Joaquín Leguina, Fernando, García de Cortázar, Federico Aznar y Andrés González, en la Aljafería.
Joaquín Leguina, Fernando, García de Cortázar, Federico Aznar y Andrés González, en la Aljafería.
G. Mestre

El sociólogo Joseba Arregui, exconsejero del Gobierno vasco en los años 1984-85 y de 1987 a 1995, destacó ayer en las jornadas sobre terrorismo que acogió la Aljafería que "en el País Vasco se ha cerrado el libro de ETA y nadie quiere abrirlo de nuevo", sobre todo "cuando se pregunta a la gente qué hacía cuando se producía un atentado". Arregui recordó el espíritu del Gobierno del que formó parte con una cita del lehendakari José Antonio Ardanza al declarar: "Lo que nos separa de ETA no son los medios sino también los fines".

Aun así, Arregui se agarró a "la memoria de las víctimas de ETA", que le ha guiado siempre como un faro para "el sentido común y la dignidad en la política, dos cosas muy difíciles de mantener". Eso le llevó a abandonar el nacionalismo después del Pacto de Estella en 1998. "Llegué a la convicción de que el nacionalismo, para construir nación, destruye la sociedad porque la divide y eso fue la demostración práctica. La nación y Euskadi solo son nacionalistas para nacionalistas", señaló Arregui en una entrevista a HERALDO.

Arregui consideró que "ETA se vio obligada a abandonar las armas por la lucha mantenida por el Estado", tanto por el poder legislativo ejercido por los partidos políticos como el ejecutivo con las Fuerzas de Seguridad del Estado, "con su trabajo y sacrificio", y el judicial. "La policía es política y define el monopolio de la violencia, que ETA quería arrebatar al Estado", agregó.

El exconsejero reconoció que esclarecer los 356 asesinatos de ETA no resueltos será complicado, ya que "no se trabajó en su día". "Ni siquiera se ha exigido a los presos que salieron que colaboraran para aclarar otros crímenes. Esto va a ser muy difícil", aseveró. Aún así, el mayor problema que vislumbra es que, si bien ETA_se vio forzada a abandonar las armas, "sus herederos están en las instituciones y hacen lo posible para que la memoria y la historia no la reescriban las víctimas, sino que la hagan ellos".

La jornada también abordó el papel de la sociedad. Ángeles Escrivá, periodista especialista en terrorismo de ‘El Mundo’, aseguró que España no está preparada para el posterrorismo, "una cuestión de Estado". Aunque reconoció sí dio la talla en la construcción de la sociedad democrática en la Transición haciendo frente al terrorismo y diseñando un modelo operativo para derrotar a ETA, cree que el país no estaba preparado para esta etapa posterior, ni psicológica, ni políticamente, ni por voluntad.

"No conviene y no se ha diseñado esta estrategia para definir qué es el terrorismo. Se ha vuelto a los complejos antiguos del progresismo o no por el tablero político español, cuando es algo más importante al ser una cuestión de Estado", señaló Escrivá.

Una historia de similitudes

Por su parte, el escritor Jon Juaristi, exmiembro de ETA en los años 60, hizo una crítica sobre el intento de la banda terrorista de defender sus raíces tradicionales amenazadas por el Estado. También se refirió al resurgimiento vasco en la Segunda República. "ETA utilizó el modelo argelino del FLN_(Frente de Liberación Nacional) en sus primeros pasos, siguió en los años 70 a los italianos de la Brigadas Rojas y en su final estuvo detrás de las estrategias del IRA. Propusieron treguas trampa para exigir las condiciones que imponían", resumió la historia de la banda.

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