120 personas sin hogar duermen a la intemperie en Zaragoza

El tradicional recuento de Cruz Roja contabilizó 104 hombres y 15 mujeres la noche del miércoles

V Censo de personas sin hogar en Zaragoza
V Censo de personas sin hogar en Zaragoza
Cruz Roja

Paul Auster escribió una vez la historia de Auggie Wren, un estanquero que sacaba fotografías siempre desde el mismo ángulo de una calle, año tras año, para ver el paso del tiempo reflejado en el papel. Con carácter bianual y desde 2010, los voluntarios de la Cruz Roja sacan una noche concreta de noviembre la misma fotografía en Zaragoza: la de las personas que duermen en la calle. La noche del miércoles, 350 voluntarios de la institución encontraron a 120 personas sin recursos durmiendo a la intemperie en la capital aragonesa, de las cuales 104 eran hombres y 15 mujeres. Uno de los individuos encontrados no pudo ser identificado al estar tapado con una manta.

De todos ellos, 66 accedieron a contestar a la encuesta realizada por los miembros de Cruz Roja en la que se abordaban cuestiones como su situación personal, el tiempo que llevaban durmiendo en la calle, la nacionalidad, sus condiciones familiares, etc. Con los datos obtenidos se realizará el V Censo de Personas sin Hogar de la entidad.

"Lo que queremos hacer en esta foto fija es ver la evolución de las personas sin techo y de las necesidades que manifiestan. Los sin techo son la cara más visible de la exclusión social y queremos conocer sus historias para actuar en consecuencia", comentó ayer a los voluntarios el director de Intervención Social de Cruz Roja, Julián Martínez.

Unos voluntarios que este año han batido su propio récord y es que "en 15 días el cupo para salir a peinar la ciudad ya estaba completo. Os tenemos que dar las gracias porque sin vosotros este estudio sociológico no sería posible. Y ahora, que la noche sea lo que tenga que ser", culminó la subdirectora de Intervención Social de Cruz Roja Aragón, Susana Arroyo,momentos antes de comenzar la actividad. Organizados por áreas, los 350 voluntarios se dividieron para rastrear calles, plazas, estaciones y polígonos de 50 zonas de la ciudad. Los grupos salieron del Caixaforum ataviados con los chalecos característicos de Cruz Roja y una bolsa que contenía un bocadillo, un botellín de agua, una manzana y un chubasquero "por si las moscas", explicó Arroyo haciendo alusión al recuento que se realizó en 2014 cuando "cayó la mundial".

Afortunadamente, en la noche del miércoles el tiempo acompañó a los coordinadores de grupo y a unos nerviosos voluntarios que emprendían el recuento con cierta incertidumbre. "Al principio sé que no voy a realizar ninguna encuesta a nadie porque no estoy acostumbrada a estas situaciones", reconocía la voluntaria Paula Giménez, de 25 años. Sin embargo sí que lo hizo, o al menos lo intentó, cuando ella y su grupo localizaron a una mujer durmiendo en un colchón en el suelo detrás de la Estación del Portillo. "Nos parece mal despertarla porque a mí no me gustaría que lo hiciesen", confesó.

"Creo que es necesario hacer cosas que te hagan sentir", reconoció Andrea Ledrero, zaragozana de 19 años. La joven admitió que se apuntó al recuento porque siempre ha estado muy activa en temas de voluntariado y, además, al ser estudiante de Psicología consideraba "esencial" la experiencia. "Vengo con muchas ganas y con la intención de sorprenderme. Estoy segura de que cuando acabe la noche tendré una visión muy diferente de las cosas", explicó.

Y alrededor de las dos de la mañana, la misión acabó. Los voluntarios se reunieron en la sede de Cruz Roja en Zaragoza donde, café en mano, compartieron las historias que el recuento de este año había deparado para cada uno de ellos. Todos coincidieron en una mismo deseo: que dentro de dos años no hiciera falta repetirlo.

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