Con el plazo para la presentación de candidaturas ya finalizado, solo un aspirante ha solicitado ocupar la plaza de jefe de Bomberos de Zaragoza. El puesto está vacante desde junio de 2017, cuando el concejal de Servicios Públicos, Alberto Cubero, destituyó al mando principal del Cuerpo, Juan José Pascual, que desde 2003 venía ocupando este cargo. El único candidato es Eduardo Sánchez, actual jefe de Bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), que va a ser evaluado por un tribunal municipal que determinará si es apto para el puesto.

De hecho, ya se ha celebrado la primera valoración y está previsto que esta semana tenga lugar la segunda, en la que se sabrá si el aspirante cumple con todos los requisitos. Previsiblemente, si tiene el visto bueno, será nombrado nuevo jefe del Cuerpo este mismo mes, tras un último encuentro con el tribunal, según detallan fuentes del área de Servicios Públicos.

En el Consistorio ha causado cierta "sorpresa" la escasa concurrencia a una plaza de tanta importancia y "tan bien remunerada". Según los datos del portal de transparencia de Zaragoza, el salario previsto ronda los 70.300 euros anuales brutos. En cualquier caso, desde el Ayuntamiento reconocen que los requisitos que debían cumplir los candidatos "eran muy exigentes".

Situación transitoria

Pese a que Alberto Cubero anunció el cese del anterior jefe, Juan José Pascual, hace casi un año y medio, el concejal no firmó el decreto de rescisión hasta abril de este 2018. El alto mando fue reubicado entonces en el Museo del Fuego de Zaragoza, mientras que su puesto lo asumió de manera provisional el número 2, Mariano Fontecha.

Según argumentaron en su momento fuentes del gobierno de ZEC, este cambio se llevó a cabo en busca de una "nueva visión estratégica del Cuerpo". La decisión se hizo efectiva "aprovechando una modificación de plantilla" con la que cambiar el sistema de escalas de los Bomberos de la capital aragonesa.

Desde el Consistorio aseguraron que "no se trata de un caso de filias y fobias", a pesar de que las desavenencias entre ambas partes y la falta de confianza han sido patentes en varias ocasiones. La organización de los turnos, el modelo de gestión del Cuerpo y la anulación de la tradicional misa en los actos de celebración del patrón de los Bomberos, San Juan de Dios, habrían sido algunos puntos de fricción.