Nacen dos nuevas crías de cocodrilo del Nilo en Zaragoza

Si hace dos años la noticia  era el primer nacimiento de varias crías de cocodrilo del Nilo en cautividad ‘a orillas del Ebro’, este verano se volvía a repetir la buena nueva en el Acuario de Zaragoza. En esta ocasión, dos nuevas crías vieron la luz a finales del mes de julio tras casi 100 días de incubación. “Cada año, a partir de noviembre nuestra pareja de cocodrilos comienza con el cortejo que se prolonga hasta abril o mayo, que es cuando se produce la puesta”, explica Carlos Vicente, conservador del Acuario de Zaragoza.

Este año, a diferencia del anterior de cuya puesta salieron siete ejemplares, tan solo han nacido dos nuevos cocodrilos que ya pueden visitarse en su instalación habitual situada justo frente a la de sus padres. “La hembra hizo una puesta de unos 15 huevos –puede llegar a poner hasta 60- pero tan solo dos fueron fértiles. En esta ocasión desconocemos si son hembras o machos porque su sexo depende de la temperatura de incubación y elegimos una media para que pudiera salir una nueva pareja”, afirma el experto, aunque reconoce que para averiguarlo habrá que esperar a que sean más grandes.

La cría de esta especie no es nada sencilla. De hecho, el nacimiento de 2016 supuso un gran reto para el equipo del Acuario zaragozano, ya que llevaba décadas sin producirse uno en nuestro país. “Para nosotros supone un éxito porque quiere decir que podemos criarlos con regularidad, que nuestra pareja es perfectamente compatible y las condiciones tanto físicas como espaciales son las adecuadas”, explica Vicente.

La pareja actual, sin duda uno de los mayores reclamos de la instalación junto a las nutrias y las arapaimas gigantes, toma su nombre de dos conocidos personajes de la famosa serie ‘Juego de tronos’: Cersei y Varis. A sus casi 20 años –pueden llegar a vivir hasta los 80- miden 2.70 y 3.5 metros y pesan 150 y 300 kilos respectivamente. “Actualmente los alimentamos una vez a la semana o cada 15 días según la gana que tienen”, añade el conservador. En cuanto a su dieta, muy parecida a la de sus crías, pero en diferentes cantidades.

Comen pollo, codorniz, truchas, ratas… Los pequeños, que por ahora miden 30 centímetros, apenas pesan 70 gramos y comen cada 48 horas, disponen de una dieta basada en pequeños trozos de pescado y algunos insectos.

Otro de los secretos para que esta especie de sangre fría se desarrolle a la perfección guarda relación con su hábitat, algo que cuidan mucho en el acuario de Zaragoza. “Tanto la temperatura como las condiciones lumínicas varían en ambas instalaciones reproduciendo los diferentes meses del año y la iluminación emite radiación ultravioleta, imitando la luz del sol”, indica.

Sus siete hermanas en Andalucía

A finales del mes de octubre, las siete hembras de cocodrilo que nacieron en septiembre de 2016 en Zaragoza fueron trasladadas al sur de España, en concreto cinco al Zoo de Málaga y dos al Acuario de Sevilla. “Ya nos las habían pedido antes de nacer estas nuevas crías y decidimos esperar a ver si salían adelante. Desde el principio teníamos claro que no iban a quedarse en casa porque no disponemos de las instalaciones adecuadas”, asevera el conservador que asegura que gracias a la existencia de una extensa red de colaboraciones entre centros de todo el mundo contribuyen a la preservación de ejemplares silvestres y a evitar el tráfico de especies.

“La única condición de la cesión es que las crías estén bien en sus respectivos hogares. Además, nos preocupamos de llevarlas a los nuevos centros y les facilitamos todas las pautas y necesidades para garantizar que todo sale correctamente”, asegura Vicente. Se trata de una especie, asevera, muy interesante desde el punto de vista educativo. “Es nuestra manera de contribuir además a la divulgación”, concluye.