Cuenta atrás para descubrir la misteriosa Isla del Gancho

La decimoquinta edición de la Carrera del Gancho comenzó a fraguarse el pasado mes de mayo y culminará este sábado con una yincana, un pasacalles teatralizado y mucha música.

Pasacalles de la Carrera del Gancho de una edición anterior
Cuenta atrás para descubrir la misteriosa Isla del Gancho
Guillermo Mestre

El barrio de San Pablo se convertirá mañana en una isla mágica gracias a la decimoquinta edición de la Carrera del Gancho, una fiesta en la que participará decenas de entidades y multitud de vecinos y voluntarios.

Este año, la historia de la Carrera se ha escrito con la colaboración del vecindario y comenzó a fraguarse ya el pasado mes de mayo, por lo que el recorrido de esta edición ha sido algo más largo que el de otras anteriores. “En otras ocasiones se ha celebrado en junio, pero coincidía con las fiestas del barrio y no queríamos hacer ninguna contraprogramación”, explica Ana Borobio de Undo Estudio, una de las entidades colaboradoras.

Las actividades comenzarán el sábado por la mañana y se prolongarán hasta la tarde. A las 10.30 dará comienzo desde la plaza de Santo Domingo la yincana de barrio para los más pequeños y sus familias, un juego en el que “se recorrerán distintos espacios de El Gancho hasta encontrar un pequeño tesoro”, adelanta. La fiesta continuará a las 17, cuando arranque el gran pasacalles teatralizado, también desde la plaza de Santo Domingo. “Será la interpretación de un viaje en barco por el océano en busca de esa isla deseada por todos, la Isla del Gancho”, explica Borobio.

El hilo conductor de este año surgió hace unos meses en una serie de talleres participativos impulsados por el escritor Miguel Ángel Ortiz. “Se trabajó con el Centro de Mayores de San Blas y otros colectivos para crear pequeños relatos que se integraran en la historia”, apunta Borobio. Tras el verano, los ‘isleños’ retomaron los preparativos de la cita junto al Teatro Laboka, responsables del guion del relato; Anastasia Jouk, que ha estado a cargo de la construcción de la escenografía; Marta Boza, encargada ayudar a los participantes a elaborar las máscaras que lucirán durante la jornada; Zaragoza Maker Space y Doctor Loncho, rapero zaragozano que ha creado el rap de las Sirenas del Gancho, que será interpretado durante la ruta.

Cáritas, Amediar, La Vecinal Casco Histórico, la Casa de Juventud de san Pablo, el Proyecto Vive Música del PICH (Plan Integral del Casco Histórico) y la Escuela Municipal de música, entre muchas otras entidades, colaboran también en el proyecto.

La Carrera del Gancho, que se ha convertido en una de las fiestas más consolidadas del barrio, tiene como objetivo fomentar la participación e impulsar la convivencia intercultural y la cohesión social. “Al final, lo que todos buscamos es difundir valores como la educación o la democratización de la cultura”, considera Borobio. Una labor por la que La Carrera del Gancho ya fue premiada hace cinco años como ‘Buena Práctica Europea de Acción Comunitaria’.

“Lo que queríamos era crear un evento de barrio en el que todo el mundo pudiera ser parte de la organización y que se convirtiera en patrimonio de El Gancho”, explica José Manuel Latorre, coordinador de Acción Comunitaria de la Fundación Federico Ozanam y organizador de la Carrera.

Ya en el momento en el que este evento se ideó, sus creadores tenían claro que uno de los objetivos que debían perseguir era situar el barrio de El Gancho en el mapa de la ciudad de Zaragoza. Y para ello, qué mejor metáfora que la de una isla: “Una isla es un lugar paradisiaco que, a la vez, nos remite a la necesidad de conectar con el mundo”, explica Latorre, que considera que la Carrera del Gancho ha dado impulso a muchos otros proyectos en el barrio. “Cuando iniciamos la Carrera, el lugar en el que se ubica Las Armas no era más que un solar en el que nunca se había hecho nada cultural. Necesitábamos que en el barrio pasaran cosas interesantes”, apunta el coordinador, que es consciente de que la colorida cita ha servido para atraer a vecinos y visitantes. “Hay gente que nunca había entrado en el barrio hasta que se acercó a ver la Carrera”, concluye.

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