Desarticulada en Zaragoza una banda de dominicanos que introducía inmigrantes para ponerlos a traficar

La Policía detiene a ocho personas y se incauta de cocaína, 14.000 euros, pasaportes con visados falsos y varios vehículos preparados para ocultar droga.

La Policía ha requisado a los detenidos dinero, droga, visados falsos y vehículos.
La Policía ha requisado a los detenidos dinero, droga, visados falsos y vehículos.
Cuerpo Nacional de Policía

La Policía Nacional ha detenido en Zaragoza a ocho personas (cuatro hombres y cuatro mujeres) que integran una banda organizada dedicada al tráfico de drogas y a falsificar documentos y visados de viaje. Los ocho detenidos en la denominada operación "Comandante" son de nacionalidades dominicana y rumana y habían formado un grupo criminal  dedicado al introducir inmigrantes en España que luego utilizaban como 'mulas' (transporte) para proveer de cocaína a los cabecillas desde otras ciudades españolas.

Además, con la desarticulación de este grupo criminal se ha logrado desactivar cinco puntos de venta de droga a pequeña escala en nuestra ciudad, concretamente en la avenida de Navarra, avenida de Goya, calle Arias, calle Roger de Flor y Anselmo Clavé.

Cuatro de los arrestados pertenecen a la misma familia -el padre, dos hijos y la hermana del primero-, pero es el “pater familia” el verdadero líder del núcleo delictivo. Según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Aragón, los investigados habían llegado a España utilizando visados falsos en los que aparecía el sello de la embajada de Suiza en República Dominicana. Los agentes comprobaron posteriormente que los números se correspondían con originales concedidos a ciudadanos de la República Popular China que los habrían obtenido de forma lícita.

Una vez llegaban a España conseguían regularizar su situación administrativa acreditando que eran parejas de hecho de ciudadanos españoles, lo que les permitía adquirir la nacionalidad. Conforme fue avanzando la investigación, a cargo de la Brigada de Extranjería de Zaragoza, los agentes averiguaron que no solo habían entrado al país de forma irregular, sino que habían constituido un grupo criminal dedicado a favorecer la llegada de otras personas de forma ilegal por dos vías.

Descubrieron que una forma era mediante la falsificación de visados y otra a través de Turquía. Según estas fuentes, los ciudadanos dominicanos financiaban el viaje en avión de personas de su misma nacionalidad que querían llegar a España. Una vez en Turquía cruzaban clandestinamente el río Evros en su frontera con Grecia para, una vez en territorio de la Unión Europea, llegar a España en viajes organizados en furgonetas de alquiler.

De esta manera, las  personas a las que facilitaban la entrada adquirían una deuda con el grupo criminal que posteriormente tenían que liquidar transportando cocaína para los cabecillas del clan desde otras  ciudades, es decir, lo que en el argot policial se conoce como “mulas".

La Policía Nacional, tras someter a vigilancia a estas personas y obtener pruebas, decidió detener a ocho de ellas y registrar seis domicilios en la capital aragonesa. Los agentes se incautaron de más de 14.000 euros, una decena de pasaportes con visados falsos, documentación para constituir parejas de hecho de forma irregular, unos 80 gramos de cocaína, sustancia de “corte”, munición para pistolas, joyas de procedencia ilícita y básculas de precisión.

También intervinieron dos vehículos con compartimentos ocultos (denominados 'caletas') en los que esconder la cocaína. Según estas fuentes, uno de ellos era muy sofisticado y al que sólo se podía acceder tras accionar un botón oculto en la tapicería del asiento delantero que abría ese mismo asiento. En el interior de este habitáculo es donde se encontraron 7.800 euros, una báscula de precisión y varios gramos de cocaína.

Los funcionarios comprobaron que ninguno de los miembros del grupo criminal ha desarrollado en España trabajo alguno que no sea el dedicado a su actividad criminal y han destacado que se da la paradoja de que alguno de ellos lleva más de cuatro años en nuestro país. Todos ellos llevaban un alto nivel de vida, tenían en sus casas todo tipo de elementos informáticos, audiovisuales y electrónicos, incluso una pantalla de televisión de 146 pulgadas, valorada en más de 15.000 euros.

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