El homicida de Las Delicias visitó 16 páginas web sobre cómo matar a una persona antes de asesinar a su mujer

Cuando se entregó y confesó ante la Policía dijo que se le había ido la cabeza, pero las pruebas revelan que empezó a consultar internet el mismo día que su pareja le comunicó que cortaba la relación, ocho días antes de acabar con su vida.

El crimen se cometió en esta vivienda de la calle Marcos Zapata.
El crimen se cometió en una vivienda de la calle Marcos Zapata.
José Miguel Marco

David Pellicer Criado, de 40 años, en prisión desde que el pasado 25 de junio en Las Delicias confesara ante la Policía que había matado a su mujer, Raquel D. P., de 37, planeó el crimen y la forma de cometerlo. A pesar de que a los agentes de la Jefatura Superior de Aragón les dijo que se le había "ido la cabeza" cuando empezó a pensar en que ya no había vuelta atrás en su relación y su pareja lo iba a dejar definitivamente, lo cierto es que las pruebas revelan que estuvo toda una semana tramando cómo podía asesinarla.

La Policía ha descubierto que el mismo 18 de junio, cuando Raquel D. le anunció que ya no quería seguir con él, David Pellicer comenzó a buscar páginas de internet en las que se explica cómo matar a una persona e incluso hacerlo sin dejar huella, supuestamente. Desde ese día hasta el 25, cuando cometió el crimen, visitó 16 ‘webs’, varias de ellas relacionadas con el ahorcamiento y la asfixia mecánica, técnica esta última por la que finalmente se decantó y terminó usando para acabar con la vida de la que había sido su pareja durante los últimos 17 años y con quien tenía una niña de 10.

Para los agentes del Grupo de Homicidios de la Jefatura de Aragón que han elaborado el informe, no se trata de visitas "aleatorias" o "casuales", sobre todo teniendo en cuenta cómo se desarrollaron los hechos y se consumó el asesinato. Las búsquedas en internet se efectuaron de manera rutinaria y en las mismas horas. A juicio de los investigadores, el objetivo de las consultas era "acumular conocimientos" sobre una probable opción criminal que fue madurando con el paso de los días y terminó consumando en la madrugada del 24 al 25 de junio con el homicidio de su compañera por estrangulamiento.

El crimen lo cometió el mismo día que la pareja había acordado que abandonaría la vivienda de la calle Zapata de Las Delicias, propiedad de Raquel D. y donde residían con su hija. La menor no estaba ese fin de semana en casa, ya que se había ido unos días con su abuela materna.

En su declaración ante la juez instructora del caso, el procesado, al que ahora asiste la letrada Carmen Sánchez, dijo que había pasado esa semana intentando "arreglar la situación" y que el jueves salieron a cenar juntos, momento en que le planteó que quería "conquistarla" otra vez. Sin embargo, Raquel D. P., que ya estaba decidida a dar el paso –a sus amigas les había transmitido que llevaba tiempo queriéndolo dejar porque David Pellicer la trataba "como una mierda" y era muy celoso– le dijo que no y dio un ultimátum que vencía el domingo.

La mujer no sabía entonces que el encausado llevaba una semana informándose de la manera de acabar con su vida. Hasta la misma noche del domingo cedió a sus lamentos y le dejó que se quedase a dormir.

En el dormitorio y de pie

Pellicer dio a la juez una versión de lo que ocurrió esa noche que, a tenor de la investigación policial, tampoco corresponde exactamente con la realidad. Según él, se acostaron en la misma cama, hablaron del tema y él le comunicó que se iría por la mañana. Añadió que cuando se quedaron en silencio, empezó a pensar en todo lo que se le venía encima y la estranguló. Sin embargo, todo apunta a que la atacó por la espalda cuando la mujer estaba de pie, en el dormitorio, y que aplicándole lo que se conoce como técnica de ‘mataleón’, le rodeó el cuello con el brazo y le rompió las cervicales, al tiempo que le impedía respirar tapándole la boca con la mano.

Según el informe de la autopsia, la causa inmediata de la muerte fue una fractura luxación cervical alta y se produjo sobre las 00.30 del 25 de junio. Raquel D. no tuvo ninguna posibilidad de defensa y, de hecho, su cuerpo no presenta ninguna lesión que refleje que le dio tiempo a plantarle cara. A los médicos forenses les llamó la atención la presencia de un líquido cristalino, ligeramente viscoso y con alto olor alcohólico que había debajo del cuerpo de la víctima y que, están seguros de que fue puesto allí postmorten, aunque hasta ahora ignoran el motivo de su presencia.

Sí que parece ser cierto lo que el detenido contó que hizo tras el crimen: irse al salón, tomarse tres cervezas, cocaína, orfidal y unos porros y, a las 5.00, presentarse en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía del paseo de María Agustín y entregarse. Antes volvió a demostrar su afición a consultar las cosas en Google e hizo cuatro búsquedas de voz del mismo tenor: "comisarías de Policía abiertas todo el día cercanas a mi destino".

 
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