Variadísimo banquete musical

Ritmos para todos los paladares: de Ara Malikian a Anna Calvi, pasando por Vetusta Moral o Nathy Peluso.

Ara Malikian, ayer, en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.
Ara Malikian, ayer, en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.
Aránzazu Navarro

Que Zaragoza es estas fiestas un banquete musical de lo más variado y apetecible se volvió a comprobar ayer en su día grande. Y parece que la gente sigue con hambre a juzgar por los llenazos de ayer.

Convertido en hijo adoptivo de la capital aragonesa, Ara Malikian volvió a encontrarse con los zaragozanos en el Príncipe Felipe, en uno de los conciertos más multitudinarios de las fiestas, con permiso de los gratuitos en la plaza del Pilar. Fue una de las últimas ocasiones para ver el corral de comedias de este exitoso violinista, ya que está cerrando su gira. Un público entusiasta (y al comienzo algo inquieto al ver que el músico no salía a las 21.00 como estaba anunciado, sino media hora más tarde) volvió a avalar la condición de integeneracional de este intérprete con sus versiones de clásicos imperecederos.

Hasta la bandera ayer también otro de los recintos con vocación de multitudes, el Espacio Zity de Valdespartera, para ver a Vetusta Morla. Empezaron con ‘Mismo sitio, distinto lugar’, que da nombre al último disco. Cuatro canciones seguidas antes de saludar mostrando su alegría por volver a Zaragoza. Dijeron que no paraban por la capital aragonesa desde 2010. Sus fans pillaron el lapsus: formaron parte del cartel del FIZ hace un par de años.

Más recogidicos estuvieron los seguidores de las voces ‘a capella’ de B Vocal, en la Mozart.

De vuelta a las plazas, en el empeño del Ayuntamiento de convertirlas estos días en escaparate de lo mejor que musicalmente se hace a lo largo del año en Zaragoza, el turno era ayer en Las Armas para los chicos de Zaragoza Feliz Feliz y La Lata de Bombillas. El menú degustación que eligieron fue variado. La tarde se abrió a las 18.00 con producto de denominación de origen aragonesa, Señalada. La idea de estos conciertos tempraneros es que la oferta no se solape. Esta iniciativa, experimental, parece a estas alturas de la fiesta haberse superado con nota y, como ha sucedido otros días, la plaza presentaba entonces un aspecto animado que aumentó con los Carolina Durante. Los madrileños demostraron su condición de banda con creciente ‘fanaticada’. Su concierto fue de los de cantárselo entero y subieron varios grados la temperatura, ya de por sí inusualmente caldeada, con su ‘hit’ ‘Cayetano’, que reza así: "Todos mis amigos se llaman Cayetano, no votan al PP, votan a Ciudadanos". Algunos se dejaron las amígdalas y volaron cervezas, que aquello pareció por un instante el Pabellón Francés en los 80.

Tras el subidón, un ratito para que corriese el aire, echar unas cervezas y prepararle el escenario a Anna Calvi, estrella de la velada. A la británica le sobran genio y figura. De rojo y con su guitarra se reivindicó como uno de los grandes talentos musicales femeninos del momento.

La calidad de Calvi se sumo a la que se desplegó un poco más tarde en la cercana plaza de San Bruno. Allí, al abrigo del paño mudéjar de la Seo, las temperaturas tropicales parecieron diseñadas para las músicas que sonaron sobre el escenario. Todas femeninas. Primero, Ludmila Mercerón (ilustre copregonera de este año) y María Confussion, vecinas de Zaragoza. A continuación, por la forzada ausencia de las dominicanas Mula, que no consiguieron su visado para viajar a España (así están las cosas), actuó la chilena Javiera Mena, de gira con su último disco, ‘Espejo’. La traca final corrió a cargo de uno de los fenómenos latinos del momento, una bomba sobre el escenario de nombre Nathy Peluso. Tras agotar las entradas hace poco más de un mes en su concierto en el Centro Las Armas, la sandunguera volvió a derrochar desparpajo y huracanado poderío.

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