Una ciudad abierta al futuro

Al celebrar el Día del Pilar Zaragoza confirma su vocación de progreso y convivencia.

Preparativos para la Ofrenda de Flores en la plaza del Pilar.
Preparativos para la Ofrenda de Flores en la plaza del Pilar.
José Miguel Marco

Varios cientos de miles de personas llevarán hoy su ofrenda floral a la Virgen del Pilar, en un acto que aúna la devoción con las tradiciones y que, sobre todo, forma parte de la identidad aragonesa. Zaragoza luce en las fiestas su cara más alegre y renueva su vocación de ciudad abierta, integradora y deseosa de seguir, junto a todo Aragón y al resto de España, un camino de progreso y fraternidad

La participación masiva confirma cada año la Ofrenda de Flores como el acto más destacado de las Fiestas del Pilar, el de mayor arraigo y el más representativo como signo de identidad de todos los aragoneses. La alegría y la diversión se desbordan estos días en las calles de Zaragoza y en los escenarios festivos. Pero los zaragozanos mantienen también su aspiración de construir una ciudad mejor, que salga de la parálisis de los últimos años y que sea capaz, con el impulso de sus dirigentes políticos, de aprovechar todo su potencial para abrir una etapa de progreso, ayudando así a cerrar las brechas de desigualdad y a superar las secuelas sociales de la crisis. Zaragoza es una ciudad abierta e integradora, moderna y dinámica, pero necesita que esa vocación se plasme en proyectos de alcance que concentren y encaucen sus energías.

En una jornada que es también la Fiesta Nacional y el Día de la Hispanidad, los aragoneses tenemos que recordar y hacer valer la histórica contribución de Aragón a la unidad de España, así como su apuesta inequívoca por la convivencia fraternal de todos los españoles, tomando el respeto a la Constitución, a las instituciones, al pluralismo social y a los derechos de todos como base en la que fundamentar la prosperidad y el bienestar del futuro.