"Como aficionadas a los toros nuestra opinión se respeta"

La Madroñera, única peña taurina femenina de Zaragoza, cumple ya 60 años. Instauró el trofeo más antiguo de la feria, el del mejor toro bravo. Dorita Esparcia, su presidenta, se reinvindica: "Somos aficionadas a los toros, no a los toreros".

Un grupo de integrantes de la peña taurina La Madroñera, en la plaza de toros de Zaragoza. Su presidenta, Dorita Esparcia, la segunda por la derecha.
Un grupo de integrantes de la peña taurina La Madroñera, en la plaza de toros de Zaragoza. Su presidenta, Dorita Esparcia, la segunda por la derecha.
Oliver Duch

"Somos aficionadas a los toros, no a los toreros, y nuestra opinión se respeta". Dorita Esparcia, presidenta de la peña taurina La Madroñera de Zaragoza, lo tiene claro. Recuerda que un día le dijo a un afamado crítico taurino (que prefiere no nombrar) que tan buena aficionada era una mujer como un hombre y que en cincuenta años que llevaba en la plaza nadie le había tratado como una flor sino como una señora.

"Creo que ese crítico no se ha remontado nunca a los tiempos en que la mujer empezó en el toreo y quizás ha leído poco sobre la tauromaquia", afirma y en la conversación sale a colación la madrileña Nicolasa Escamilla ‘la Pajuelera’, a quien Goya inmortalizó en un aguafuerte de su Tauromaquia después de verla torear en la plaza de Zaragoza en 1816.

Dorita Esparcia y un grupo de amigas a las que les unía la afición por los toros fundaron en 1958 la peña La Madroñera, siguiendo la estela de otra similar de Granada, ya desaparecida. A estas alturas, pueden presumir de, por ejemplo, estar hermanadas con el club taurino de Nueva York. Hace tres años recibieron en su congreso en Zaragoza a su presidenta Lore Moning, que también preside la Asociación de Clubes Taurinos de Estados Unidos.

Esparcia no cree que el mundo del toro sea machista por definición, aunque admite que es cierto que a la mujer se le ha otorgado en la fiesta un papel de objeto que luce bonito en la plaza y lanza flores a los toreros o de madre o abnegada esposa del diestro. "Pero como aficionadas, llevamos 60 años con la peña y con nosotras, por lo menos, nunca ha habido diferencias", subraya.

Su compañera Pilar López coincide en el punto de que se les respeta como aficionadas, pero deja claro que los toreros "no se lo han puesto fácil" a sus colegas femeninas y que en el tendido puede ser distinto, pero cuando la mujer salta al ruedo, la cosa cambia.

Dorita Esparcia sabe a ciencia cierta que toreras como Cristina Sánchez o Mari Paz Vega (por citar las últimas) han sido vetadas por sus compañeros. Y no comprende el porqué: "Cuando vas a la plaza como verdadero aficionado y no te fijas en si es mujer u hombre quien está en el ruedo sino en lo que está haciendo, puede ser que se te olvide que es mujer".

Como aficionada, alaba a las dos matadoras y destaca que ambas tienen un toreo "muy bueno" y las ha visto hacer "grandes faenas". "Cristina este año reapareció en Cuenca y fue un éxito", recalca. Para la presidenta de la peña, el toreo tiene que tener "sentimiento, afición y (paradójicamente) un ‘par’". Sobre la exigencia de fuerza física y la comparación entre hombres y mujeres, apoya una explicación que dio la propia Cristina Sánchez: "El toreo es caricia, es plasticidad, porque a fuerza siempre gana el toro". Y ella añade: "No hace falta la fuerza. Se necesita precisión a la hora de entrar a matar".

Si esto es así, ¿por qué los toreros no han apreciado a las toreras? "Por falta de mujeres en el toro. No están acostumbrados", dice Dorita Esparcia, pero salva nombres como el del Juli, Ponce, Talavante... "Gente así nunca ha puesto reparos, quizás han sido los menos importantes los que las han rechazado. Pero los que he mencionado tienen otra cabeza, otra naturalidad y no les importa", defiende. "O quizás por el miedo de que les supere una mujer y quede mejor que ellos", tercia Pilar López.

Respecto a la feria del Pilar de este año dicen que, sobre el papel, les gusta, y aprecian la dificultad de la empresa para organizarla con tan poco tiempo. Esperan nuevas incorporaciones en su peña, aunque critican que los precios de las entradas –"le he sacado el abono a mi nieto y me ha constado 426 € con un descuento del 26%", dice Dorita– no lo ponen fácil y a la juventud. Si no se le inculca la afición por este mundo, no entra al trapo. Por eso, reivindican que las teles retransmitan más corridas.

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