El Juzgado de lo Penal número 1 condenó ayer a Antonio A. H. por embestir a un coche patrulla de la Guardia Civil en Casetas cuando circulaba con una tasa de alcohol de 0,84 mg/l. Los agentes, que prestaban auxilio a un turismo accidentado, hicieron indicaciones al conductor para que se detuviera, pero este circulaba tan borracho que acabó chocando contra el vehículo oficial.

Al ver que el coche se les venía encima, los funcionarios tuvieron que tirarse a la cuneta para evitar ser arrollados. Pero, al hacerlo, ambos resultaron heridos. De hecho, al saltar la valla de la mediana, uno sufrió un traumatismo en el pie izquierdo con esguince de tobillo que lo tuvo de baja 160 días.

Cuando se produjeron los hechos, en la madrugada del 10 de diciembre de 2016, el encausado apenas pudo dar explicaciones de lo sucedido. Al declarar después ante el juez instructor, contó que aquella noche estaba pinchando discos en una boda, se sintió indispuesto y se fue a descansar al coche. Según este, le sentó mal algo que le echaron en la Coca-Cola, puesto que no tolera el alcohol. 

Lo que todavía no se explica el pinchadiscos es cómo llegó conduciendo hasta el lugar del accidente. Según este, solo recuerda "un golpetazo o impacto" y alguien diciendo "llama a la ambulancia que este hombre se nos va".

8.787 € de indemnización

Las acusaciones pedían hasta seis meses de prisión para el acusado, así como dos años y medio de suspensión del carné de conducir. Sin embargo, un acuerdo con la defensa, a cargo del letrado Alfonso Alvar, evitó la celebración del juicio y fijó la pena en cinco meses de trabajos en beneficio de la comunidad y un año y un día de retirada de la licencia.

Además de reconocer su responsabilidad, el encausado tuvo que comprometerse a indemnizar a los dos agentes lesionados. En el caso del más grave, al que representa el abogado Mariano Montesinos, la compensación económica asciende a 8.337 euros. El segundo guardia, cuyos intereses defendía un abogado del Estado, recibirá 450 euros por las lesiones.