La Escuela Infantil Pirineos no podrá reabrir hasta los primeros meses de 2019

Las afecciones causadas en su cubierta tras una tormenta de agosto han hecho que los niños tengan que ser reubicados en otros centros educativos de Zaragoza.

Tejado arrancado de la guardería Pirineos.
La tormenta arranca el tejado de la guardería Pirineos
David Cuellar

La Escuela Infantil Municipal Pirineos de Zaragoza, situada en el número 44 de la calle del Valle de Gistaín, se vio seriamente afectada tras una fuerte tormenta que se produjo en la ciudad a mediados de agosto. Se registraron vientos de casi 110 kilómetros por hora que arrancaron una parte de la cubierta, lo que ha impedido que el centro haya abierto sus puertas al inicio de este curso escolar. Las previsiones del Ayuntamiento de Zaragoza es que los niños no podrán volver a sus aulas hasta los primeros meses de 2019, pero a día de hoy “es imposible precisar la fecha exacta”, según fuentes municipales.

Tras la tormenta se desprendieron multitud de cascotes en la cubierta del edificio y hubo daños en el patio y el jardín. Las familias de los pequeños que acuden a la guardería sintieron “gran preocupación” cuando se enteraron del derrumbe y la AMPA se puso en contacto con el Ayuntamiento de Zaragoza para obtener cuanto antes soluciones al respecto, pero no ha sido hasta principios de septiembre cuando las familias afectadas se han podido reunir con la concejala delegada de Educación e Inclusión del Consistorio, Arantza Gracia, y con el Patronato Municipal de Educación y Bibliotecas para escuchar sus propuestas.

Las soluciones que se han planteado son las siguientes: los niños más pequeños (0 a 1 año) han sido reubicados en a la Escuela Infantil Villacampa, próxima a Pirineos. Los de 1 a 2 años, y de 2 a 3 años, por su parte, irán a la Escuela Parque de Bruil, en aulas nuevas equipadas y organizadas ex profeso. Además, se ha ofrecido la posibilidad a estas familias de escolarización en otros centros donde existen vacantes, y si desean renunciar a la plaza se les van a devolver los 15 euros de matrícula.

Joaquín Polo, miembro de la AMPA de la Escuela Pirineos, explica que el centro Parque Bruil, en el que han sido reubicados la mayoría de los niños, “como guardería está mucho mejor que la Pirineos, pero muchas familias están teniendo inconvenientes con los traslados”. Los afectados han solicitado que se tome alguna medida al respecto, como establecer una línea de autobús temporal que acerque a los niños hasta la guardería, pero desde el Patronato “nos han dicho que es algo inviable”, dice Polo.

Una medida que se está barajando es ampliar 10 minutos los horarios de apertura y cierre del centro, “para que las familias tengan más margen a la hora de dejar y recoger a los niños y lleguen más cómodamente a los trabajos, porque la conciliación es prácticamente inexistente”, lamenta el portavoz de la AMPA. Otro de los problemas es el de la falta de aparcamiento, puesto que junto a la Escuela Pirineos había un espacio en el que poder estacionar los vehículos cinco minutos mientras se dejaba a los pequeños en el centro, pero en Parque Bruil, tal y como asegura Polo, “la calle es imposible, mortal para los coches, así que es una dificultad añadida”.

Las familias confían en que la propuesta de reubicación no paralice los trabajos de reparación de la Escuela Pirineos y que se continúen con los plazos establecidos. “Ya hemos sido informados por parte del Consistorio de que ahora es el Gobierno de Aragón quien tiene que aprobar el plan de actuación de retirada de residuos”, cuentan los miembros de la AMPA, pero esperan que “eso no retrase las obras y que se continúe con la buena intención que estamos viendo que existe desde el Ayuntamiento”.

Tras el análisis del material desprendido de la cubierta de la guardería en un laboratorio especializado se confirmó la presencia de amianto en su composición. Como consecuencia de ello, es necesario poner en marcha el protocolo que marca la normativa en materia de seguridad y salud que se debe aplicar en los trabajos con riesgo de exposición al amianto, lo que implica la elaboración del plan de actuación que debe aprobar la DGA, y la realización de los trabajos por parte de una empresa especializada y de un gestor de residuos homologado.

Desde el Ayuntamiento recuerdan que mientras la cubierta de la guardería estuvo operativa no hubo ningún riesgo para los menores que han estado escolarizados en la Escuela Pirineos ni para el personal que ha trabajado en el centro, ya que el riesgo de exposición al amianto únicamente se produce mientras se manipula.

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