Parque Goya estudiará la titularidad de sus solares vacíos para exigir que se adecenten

Basura, maleza de un metro de altura e incluso gusanos y ratas. Eso es lo que se están encontrando los vecinos de Parque Goya cuando transitan por los solares vacíos que quedan en su barrio. La situación ha sido denunciada en varias ocasiones a las administraciones más cercanas, la Junta Municipal y el Ayuntamiento de Zaragoza, pero no todos los espacios son de su titularidad. “No está del todo claro a quién pertenecen, por eso tenemos que saberlo, para reclamar como es debido y que quienes tengan la competencia vengan a limpiar y adecentar los solares”, explica Jesús Trasobares, presidente de la Asociación de Vecinos Parque Goya.

De este modo, el colectivo ha decidido elaborar un estudio sobre la titularidad de estos terrenos para ayudar a resolver la situación de incertidumbre actual. Cuando Parque Goya se empezó a urbanizar todos pertenecían al Gobierno de Aragón, tal y como recuerda Trasobares, pero después se procedió a un reparto de los mismos y unos solares fueron cedidos al Ayuntamiento “para realizar la promoción de Parque Goya y que el Consistorio mantuviese los servicios una vez se levantaron las primeras viviendas”, apunta el presidente.

Otros terrenos fueron reservados para la Universidad y para comercios o edificaciones como la parroquia del barrio. Cuando la asociación vecinal comenzó su actividad puso en marcha un estudio inicial del estado de los solares y desde el área de Urbanismo del Ayuntamiento les facilitaron la titularidad de los mismos, pero recientemente han sido sorprendidos “tras comprobar que el terreno en el que está previsto levantar el futuro centro cívico corresponde a la DGA, cuando nosotros pensábamos que era de titularidad municipal, y eso nos ha alertado de que tenemos que hacer una revisión”, señalan desde el colectivo de vecinos.

Trasobares indica que ese solar previsto para edificar el centro cívico del barrio “es uno de los que se encuentra en peores condiciones”.  En él, los vecinos han visto ratas y gusanos, pero al estar retirado de las viviendas “no genera tanta problemática como otros, como por ejemplo, el que se seleccionó para instalar el Archivo de Aragón, que linda con el colegio Parque Goya, puesto que tiene simas, restos de una antigua acequia y también ratas y gusanos que han llegado a entrar al centro escolar”, dice el presidente.

Cuando los vecinos se cercioren de a quién pertenecen los espacios, procederán a exigir actuaciones, principalmente en los terrenos más próximos a los hogares. El representante de la AVV Parque Goya cuenta que no son muchos los solares vacíos que quedan en el barrio, “son como media docena”, pero al colectivo es al primero que le interesa conocer la titularidad “por si en un futuro los podemos aprovechar para levantar equipamientos que nos vayan haciendo falta”.

En el caso del centro cívico, la asociación llevaba desde el año 2002 peleando por conseguir un terreno sobre el que construir este espacio “tan necesario para nosotros, puesto que somos un barrio joven que va creciendo y precisa de un lugar que albergue servicios como los que hemos propuesto: biblioteca, ludoteca, Centro de Tiempo Libre, salón de actos, salas polivalentes…”, recalca Trasobares.

Antes de verano las negociaciones con el Ayuntamiento de Zaragoza fueron positivas y en una reunión conjunta entre autoridades, vecinos y técnicos municipales se fijaron las primeras líneas de actuación sobre el centro. La voluntad camina hacia que el espacio abra sus puertas en 2020 y que cubra las carencias de los centros cívicos que están actualmente en funcionamiento en Zaragoza, así como las necesidades de sus futuros usuarios.

Los meses estivales han supuesto un parón que no beneficia al proceso, puesto que “se supone que tendría que salir la licitación de la redacción del proyecto del centro en breves; hay un presupuesto asignado para este año y no lo queremos perder”, recuerda el presidente de la asociación. En los próximos días los vecinos se volverán a reunir con los responsables municipales para relanzar el tema y tratar de que la redacción del proyecto se empiece lo antes posible.

“El año que viene son elecciones y no podemos esperar a que haya un cambio político y se quede paralizado”, insiste Trasobares. Los vecinos saben que existe voluntad política por parte del equipo de gobierno actual, por eso van a intentar que se ponga en marcha “para que en los  presupuestos del año que viene se siga trabajando en la misma línea aunque haya cambio de colores políticos”.