El intercambio de los hijos de parejas separadas dispara las demandas por incumplimiento

El hecho de que agosto sea un mes inhábil en los juzgados complica la solución a los problemas generados.

Juzgados de Familia de Zaragoza.
Juzgados de Familia de Zaragoza.
Heraldo.es

Las parejas separadas en conflicto que utilizan a sus hijos como arma arrojadiza incrementan sus enfrentamientos durante las vacaciones. El verano, el periodo de ocio más largo del año para compartir con los niños, es cuando se producen más incumplimientos de los regímenes de visitas. Desde que en 2015 se despenalizaran estas conductas y dejaran de ser juzgadas como faltas –algo que tampoco tenía demasiado efecto pero sí se percibían como una respuesta más o menos inmediata a la infracción– los progenitores se ven abocados a acudir a su juzgado de Familia e iniciar un proceso judicial que no se resolverá de forma rápida.

El problema se agrava en agosto, al ser mes inhábil en los juzgados, aunque siempre se puede presentar una demanda de ejecución de sentencia explicando lo sucedido y solicitando que se dicte una orden de ejecución frente al otro progenitor para que cumpla lo establecido y se le aperciba de que puede cometer un delito de desobediencia.

Cristina Chárlez, abogada y doctora especialista en Derecho de Familia y Civil, reconoce que los casos se disparan en verano. En lo que va de agosto solo en su despacho ha tenido una decena y otros tantos en julio. «Los hay de todo tipo, desde dos o tres días de retraso en la entrega de los hijos, a negativas a firmar la expedición del pasaporte o autorizar un viaje», indica.

La letrada explica que a diferencia de la vía penal, en la que se sancionaba al infractor o infractora con leves multas, ahora el juez de familia, si considera que se ha incumplido la sentencia o las obligaciones familiares, impone multas coercitivas que suelen ser de 300 euros. «Y cuando la conducta es reiterada –explica Cristina Chárlez–, hay un apercibimiento de la pérdida de custodia. Desde mi punto de vista, este sistema está teniendo mejor resultado que la vía penal, ya que, aunque asustaba, asusta más perder la custodia».

El problema de los incumplimientos es que el tiempo que se va ya no se puede recuperar. Pero, como también subraya la abogada de familia Marimar Martínez, hay jueces que, si se solicita, utilizan sistemas de compensación. Así, si un progenitor o progenitora no entrega al menor durante un puente festivo, por ejemplo, puede ordenar que al siguiente que le toque no lo tenga.

Ambas letradas coinciden en las compensaciones también funcionan, sobre todo en los casos de menores de 12 años. A partir de esa edad pueden producirse otros problemas, como que sean los hijos los que no quieren ir con su madre o su padre. En estos casos, el menor tiene derecho a ser escuchado por el juez y si este valora que expresa su opinión de forma madura y no está influenciado negativamente, tomará en cuenta su decisión.

Resolución de conflictos

Los profesionales que trabajan en este ámbito tienen una cita los próximos 27 y 28 de septiembre en Zaragoza en el I Congreso Nacional de Coordinación de Parentalidad, organizado por Acopar (Asociación de Coordinadores de Parentalidad de Aragón) y que tendrá lugar en el patio de la Infanta de Ibercaja.

En él intervendrán magistrados, fiscales, abogados, psicólogos, trabajadores sociales, mediadores familiares, expertos en Derecho Foral y representantes políticos, entre otros profesionales. Debatirán sobre cómo afectan los litigios en los hijos y se hará hincapié en la importancia de la figura del coordinador de parentalidad en la gestión de la conflictividad familiar en el ámbito jurídico desde el punto de vista psicológico y social.

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