Una saga que arrastra atracos y delitos de sangre desde los 80

La especialidad de los Ortiz Perea son los asaltos a bancos y también las fugas, porque han escapado varias veces.

Los hermanos Ortiz Perea durante el juicio en la Audiencia Provincial de Huesca.
Imagen de los hermanos Ortiz Perea el pasado mes de noviembre en la Audiencia de Huesa.
Rafa Gobantes

Benito Ortiz Perea, el preso que se fugó el miércoles de madrugada cuando volvía de una consulta hospitalaria a la cárcel de Zuera, pertenece a una histórica saga de atracadores de bancos vinculada a Zaragoza desde hace casi cuatro décadas. Los hermanos Antonio, Pedro, Benito y Manuel -fallecido en 2010 mientras cumplía condena en el mismo centro penitenciario del que se fugó su hermano- arrastran numerosos delitos, entre ellos alguno de sangre, desde los años 80.

La última vez que se sentaron en el banquillo fue el pasado noviembre, cuando la Audiencia de Huesca juzgó a Benito y a Pedro por secuestrar a una mujer en los alrededores de un gimnasio en Miraflores en mayo de 2016 para robarle su coche, con el que posteriormente huyeron hacia Huesca, donde atracaron una armería a punta de pistola y Benito disparó a su propietario. Esta es la comparecencia más reciente de la saga familiar en los tribunales. De la primera es probable que ni se acuerden, porque tienen antecedentes por homicidio, tráfico de drogas, secuestro...

"Benito lleva entrando y saliendo de prisión desde el año 1979", detallaron fuentes penitenciarias a este diario, y el historial de sus hermanos es muy similiar. Hasta la madrugada del miércoles, Benito y Pedro compartían el módulo 10 de Zuera, aunque no estaban internados en la misma celda, yAntonio duermen en el 7.

A los Ortiz Perea les precede su fama de violentos. Antonio fue detenido en 1986 en Valencia junto a dos de sus primos por el atraco a un banco. En la huida se registró un tiroteo con la Policía en el que murió José Luis Riestras, un agente de tan solo 26 años. Treinta años más tarde, también en la capital del Turia, fueron arrestados Benito y Pedro cuando estaban listos para perpetrar un nuevo atraco.En el momento de la detención portaban una escopeta recortada y un subfusil del calibre 7.65.

No es la primera fuga

La de ayer no es la primera fuga de Benito Ortiz Perea: cuando participó en el robo a la armería de Huesca, estaba huido de la Justicia, porque aprovechó un permiso para no volver a la cárcel y delinquir.Entonces estaba preso por el asalto a una oficina del BBVA en Huesca, en 2009, del que aún le quedan cuentas pendientes. De hecho, el miércoles se escapó de madrugada a las puertas de Zuera y dejó inconclusa una condena de 182 días por el quebrantamiento de aquel permiso.

Pendiente de ejecución tiene aún la pena de 25 años y 8 meses que le impuso a finales del año pasado la Audiencia de Huesca, que aún no es firme porque fue recurrida en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y aún es posible que llegue hasta el Tribunal Supremo.

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