Los vecinos de Romareda confían en que se dé pronto a El Cubo una salida beneficiosa para el barrio

Desde la Junta Municipal de Universidad proponen que el edificio albergue un centro de mayores y una biblioteca.

Enrique Collados y Pablo Sánchez, en El Cubo
Los vecinos de Romareda confían en que se dé pronto a El Cubo una salida beneficiosa para el barrio

Los vecinos de la zona de Romareda llevan años denunciando que están faltos de equipamientos. El edificio El Cubo, en la calle Eduardo Ibarra, cuenta actualmente con una planta vacía, ocupada en el pasado por Ebrópolis, y en los próximos meses también dispondrá de otra planta más libre, tras el traslado del patronato de Turismo. Por ello, el presidente de la Junta Municipal de Universidad, Enrique Collados, ha anunciado que el grupo municipal del Partido Popular presentará una moción en el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza para que el edificio albergue un centro de mayores y una biblioteca.

"Somos el único barrio de la ciudad que no dispone de este tipo de equipamientos y llevamos muchísimos años detrás de estas reivindicaciones”, recuerda Pablo Sánchez, presidente de la Asociación de Vecinos Agustina de Aragón-Romareda, por eso confía en que todos los grupos municipales "estén a una” para poder dar luz verde lo antes posible a acondicionar El Cubo, para que los servicios demandados se instalen allí.

La intención es que las plantas vacías del edificio se dediquen al centro de mayores y a la biblioteca, pero otra alternativa es que se traslade allí el Centro Municipal de Servicios Sociales del centro cívico, situado en la calle Violante de Hungría, lo que liberaría espacio suficiente en el centro. "El Cubo es muy buen edificio, cuenta con buenas instalaciones, así que creemos que habría que hacer en él una inversión pequeña. Si todo el mundo aplica la lógica la propuesta saldrá adelante”, señala Sánchez.

Collados, por su parte, ya ha solicitado el apoyo del Gobierno de Zaragoza y del resto de grupos para esta propuesta, que "se podría ejecutar de forma rápida”, dice. Por ello, considera que "no hay excusas para rechazar una iniciativa que cuenta también con el apoyo de las asociaciones de vecinos del distrito, cuyos locales están siendo utilizados como centro de convivencia", especialmente el de la Unión Vecinal Cesaraugusta, que "está supliendo la carencia de un espacio para mayores pero sin dar las mismas prestaciones que un centro debidamente habilitado”, apunta el presidente de Agustina de Aragón-Romareda.

Ya en 2006 se habló de la elección de un solar sobre el que se podría levantar un centro de mayores, situado en la calle Condes de Aragón, junto al centro de salud Seminario. Actualmente el proyecto está parado porque requería una inversión de seis millones de euros, lo que desde la Junta y las asociaciones vecinales "sabemos que no es viable”, subraya el representante de los habitantes del barrio. El terreno, mientras tanto, se ha habilitado como un aparcamiento provisional, así que para Collados el acondicionamiento de los espacios vacíos de El Cubo es "una verdadera oportunidad".

Alumbrado

Los vecinos esperan que los grupos políticos "lleguen a un acuerdo lo antes posible”, pero les preocupa "que se diga que sí y que el proyecto tarde en hacerse realidad, lo decimos por experiencia”, indica Sánchez. El presidente se refiere a que en mayo el pleno municipal aprobó que se procediera al alumbrado la calle Condes de Aragón, "y estamos llegando a septiembre y todavía no se ha hecho nada, a los vecinos no se nos ha comunicado en qué fase está el proyecto ni cuándo se va ya llevar a efecto”.

Desde Agustina de Aragón-Romareda insisten en que "estos meses no ha corrido tanta prisa al ser verano, pero pronto llega el invierno y por esa calle no hay quien pasee, no se ve absolutamente nada”. Dotar de iluminación la calle Condes de Aragón es a día de hoy la principal preocupación del vecindario del distrito junto a la construcción de un centro de mayores, aunque Sánchez apunta que en los últimos meses "hemos sumado un nuevo quebradero de cabeza”.

Se trata de la posible instalación del rastro junto al estadio de La Romareda, algo que la junta directiva de la asociación de vecinos ya rechazó hace años "por la suciedad que dejaba y los robos que se producían en la zona”. Según Sánchez, la calle Eduardo Ibarra "no tiene comparación de cómo está ahora sin el rastro a cómo estaba antes”. El presidente señala que en 2006, cuando el rastro se fue de Romareda, "fue un alivio para nosotros”, por eso esperan que no vuelva al barrio.

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